2 de julio de 2012

Tengamos la fiesta en paz

Bueno, hoy ya es el Día D+1, el día después de la final de la EURO2012 que, a menos que se haya estado viviendo debajo de una piedra, cualquiera sabrá que ha durado aproximadamente un mes (desde el 8 de junio) y que terminó ayer con España ganando por 4-0 a Italia, consiguiendo lo que han dado a llamar La Triple Corona (aunque sea un término que me parece totalmente erróneo). Y hemos hecho historia porque nadie lo había conseguido antes. Hurra y bravo.

Un mes, como digo, en los que no he parado de ver cómo había gente que no dejaba de quejarse de la masiva movilización de la mayoría de los españoles debido al fútbol y a la selección, estando el patio como estaba, con todo el tema de la crisis, y la prima de riesgo, y el euro, y el paro, y sus...

Que sí, que estamos en crisis, y entiendo que haya gente que quiera que esto se solucione cuanto antes. Pero sinceramente, no creo que se solucione en el mes que dura la Eurocopa. Y lo que tampoco podemos hacer es pretender que la gente, gente que poco o nada puede hacer por solucionar este marrón, esté constantemente pendiente de los devaneos de la bolsa o de la cotización de los mercados.

Y lo malo no es que se quejen de que la gente no se implica tanto con la crisis como se ha implicado con la Selección Española. No. Lo malo es que, además, pretenden hacerte sentir culpable por compartir un periodo en el que hay un motivo para sentir alegría, por banal que este pueda ser. Prentenden que nos sintamos acomplejados por ganar en deporte lo que perdemos en economía, y eso tampoco puede ser.

No puede ser, entre otras cosas, porque no es comparable. Es cierto que la Eurocopa ha durado un mes, pero España no ha estado jugando todos los días. Entre partido y partido, la vida ha seguido. Y la gente ha seguido muy atenta el devenir de la crisis y las decisiones que tomaba Alemania sobre nuestro futuro (Zapatero tuvo una actuación magistral en semejante despropósito, concediéndole todo el poder a Alemania). Así que veo, cuanto menos, injusto, que se menospreciara a todo aquel que el día que jugaba (y ganaba) España se alegraba y gritaba y se sentía más español que nadie.

Dicho sea de paso, ¿No queréis que salgamos de la crisis? ¿No queréis que nos impliquemos más en la lucha por una España próspera? Pues bien, son precisamente cosas como estas las que hacen que la gente vea el futuro con más optimismo y con más ganas de luchar. Esto hace que la gente crea en el país en el que vive, y que en un momento dado, le haga decidirse a implicarse más (o menos) en la lucha por su país. Porque para lo único que veo yo que sirve el estar todo el día flagelándonos con lo mal que estamos, es para convertirnos en un país de acomplejados (oh, que mal nos va todo hagamos lo que hagamos, no valemos para nada), de pesimistas y, en definitiva, de mediocres y, aunque podáis pensar lo contrario, de conformistas (¿Para qué voy a molestarme en hacer algo, si haga lo que haga no va a servir para cambiar nada?).

Terminaré por hoy haciendo mención a una secuencia de la película Enemigo a las puertas, en la que Comisario Danilov, contradiciendo a sus compañeros que apostaban por realizar castigos ejemplares hacia los desertores, responde "Démosles ejemplos, sí. Pero ejemplos a seguir". Y ahora mismo, el ejemplo a seguir es, precisamente, la victoria de la Selección Española de Fútbol.

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