27 de agosto de 2010

Algo está cambiando

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Pues sí, desde hace ya unos cuantos años, algo parece, afortunadamente, estar cambiando en el mundo. En el mundo en general, y en el fútbol en particular. Sé que es de fútbol, y que hay gente que no lo soporta, pero en este caso, el tema sólo es la excusa para lo que voy a contar a continuación.

Cualquiera que tenga una mínima idea del "folclore" español desde los años 50 hasta finales de los 70, sabrá que el fútbol, ante todo, era cosa de hombres. Era un terreno al que las mujeres tenían el acceso poco menos que vetadísimo. Era algo propio de hombres, tanto como sólo podía serlo el puro Farias, la copa de Soberano y la partida de cartas de los domingos con los amigos en el bar. Es más, para ilustrar dicha situación, qué mejor que esta canción que cantaba la cordobesa Gelu en su día, titulada El Partido de Fútbol:


Como se puede apreciar (sospechas de cuernos aparte), es el hombre el que se va a ver el partido de fútbol un domingo por la tarde. La mujer podría ir, claro que sí, pero siempre con el hombre, ya que significaría compartir una afición de su novio/marido, pero que nunca y en ningún caso sería una afición propia (ya que eso no sería digno de una señorita que se precie).

Pues bien, fue pasando el tiempo. Pero las cosas, en el fútbol, seguían sin cambiar (y siguen sin cambiar hoy en día, pero eso ya sería irse por otros derroteros), y el fútbol seguía siendo cosa de hombres. O si cambió, fue a peor, porque si una mujer decía que le gustaba el fútbol, se le empezaba a ver como una especie de "bicho raro", sino se la tachaba directamente de machorra o de cosas peores. Y tanto futbolistas como entrenadores eran, ante todo, unos machos. Un ejemplo clarísimo está en que, por aquellos años (incluso bien entrada la década de los 90), todos los entrenadores aparecían dirigiendo a sus respectivos equipos desde el banquillo vestidos con un chandal que, en la mayoría de los casos, era horroroso y, en demasiadas ocasiones, increíblemente hortera (Luis Aragonés es un buen ejemplo de esto). Esto era algo que, desde luego, no cambiaba.

Pero como digo, algo está cambiando. Y todo empezó, precisamente, en la indumentaria de los entrenadores. No sé cual fue la razón: si el progresivo enriquecimiento de los equipos de fútbol debido a los contratos televisivos; si a una especie de "contagio" por parte del mundo del baloncesto... A saber. Pero la cosa es que los entrenadores pasaron a vestir todos de traje y corbata. Todos. Unos con mayor acierto, otros con menos (por ejemplo, Maradona en el pasado Mundial de Sudáfrica 2010, que el traje que llevaba le quedaba como un babero a un cochino), pero todos iban con traje.

Paralelamente, iba siendo más normal ver a mujeres que habían ido a ver un partido de fútbol por iniciativa propia, sin que por ello se las mirara de tal o cual forma. La educación sobre la Igualdad Sexual comenzaba a dar sus frutos, y estos, aunque tímidamente, empezaban a mostrarse incluso en los campos de fútbol. Y aun así y todo, seguía habiendo personas (tanto chicas/mujeres como chicos/hombres) que decían que una mujer en el fútbol... no es que no pudiera ir, pero es que eso "era de hombres".

Y así ha ido la cosa, lenta pero segura, hasta llegar al "boom" de las mujeres en el fútbol que se ha podido apreciar con bastante vehemencia desde la pasada Eurocopa de Suiza y Austria de 2008. Ahora, a las mujeres les gusta el fútbol. O mejor dicho: les puede gustar el fútbol. Como a cualquier hijo de vecino. Como debe ser, qué caray. ¿Por qué, algo a priori tan neutro e inofensivo como es el fútbol, habría de ser "propio" o "exclusivo" de una parte de la sociedad? Nos gusta cacarear a los cuatro vientos lo permisivos y tolerantes que somos para todo, pero no ha sido hasta hace "cuatro días" cuando esto ha pasado de ser una frase hecha, a ser un hecho en sí mismo.

Y puede que la "culpa" de todo esto la tengan "unos mariconazos" como son David Beckham o Cristiano Ronaldo (lo dicho, para ser un jugador de fútbol, ante todo, "había que ser macho"). Así llamados simple y llanamente por ser hombres que se preocupan mínimamente por su aspecto. Que vale, que Beckham "inventó" la metrosexualidad, y que, en palabras de Paris Hilton, Cristiano Ronaldo era más femenino que ella, pero eso no quita, para empezar, que fuesen buenos jugadores, que, a fin de cuentas, es por lo que les pagan. Por jugar a fútbol.

Todo esto, finalmente, ha derivado en otra vuelta de tuerca. Al convertirse los jugadores en unas auténticas estrellas mediáticas, algo como la moda y el glamour no podían tardar en aparecer. Y en este caso, tenemos a dos increíbles ejemplos en las personas de Pep Guardiola y Joachim Löw, entrenadores del Fúbol Club Barcelona y de la Deutscher Fußball-Bund (la selección de fútbol de Alemania) respectivamente. Y es que, méritos deportivos aparte, se puede apreciar que, tanto uno como otro, van a los partidos impecablemente vestidos. Ya no es sólo llevar un traje y una corbata, porque raro es el partido en el que a cualquiera de los dos se les puede ver con uno, sino que, como digo, van impecablemente vestidos. Ya no basta con ir "arreglado" al campo de fútbol, hay que ir bien vestido, con todo lo que eso conlleva.

Y esto, en última instancia, me parece algo digno de elogio y admiración. Sobre todo, por lo que he comentado anteriormente. Que sí, que cuando hay que decir lo igualitarios que somos, todos nos apuntamos al carro; pero que a la hora de hacer balance personal, pocos serían los que han hecho algo por dicha igualdad. Y si todo es empezar por abajo, por tener aficiones conjuntas sin que por eso se tache a nadie de "tal" o de "cual", pues bienvenido sea. Significará que estamos yendo en la dirección correcta y que, aunque haya gente que siga pensando lo contrario, se están haciendo las cosas bien.

15 de agosto de 2010

Los apuros de un jamón en las manos de un gitano

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Así me sentí yo este viernes.

Resulta que, tras haber cobrado mi primer sueldo de verano, decidí llevar a cabo reformas en mi PC de sobremesa (sí, ese que no había tocado desde hacía cinco años, y que ya empezaba a ser vejete para entonces) y comprarle varias piezas de repuesto. Al final, tras mucho pensar, mirar y comparar, compré una placa base, procesador, memoria RAM, tarjeta gráfica, disco duro y fuente de alimentación. Más de media torre, vamos.

Y este viernes, me llegó todo vía SEUR, tempranito, ya que me llegó por la mañana cuando yo no esperaba el paquete hasta la tarde, por lo que después de comer, me lié la manta a la cabeza y me puse manos a la obra. Estaba tan emocionado como ilusionado, ya que iba a ser la primera vez que montara yo sólo un ordenador (que luego debía funcionar, por supuesto, nada que ver con la única vez que desmonté y volví a montar uno en el módulo superior), y quería que me saliera bien.

Así pues, empecé a sacarlo todo de sus respectivas cajas, cogí el manual de la placa base y, despacito y con buena letra, me puse manos a la obra.

Al principio, todo fue como la seda (menos cuando cogí el disipador del procesador con el pulgar por la parte de la pasta térmica y me pringué medio dedo de mierda gris), hasta que finalmente,y al cabo de aproximadamente una hora y pico, todos los componentes estuvieron conectados a la placa. Llegaba la hora de la verdad, es decir, conectar la fuente de alimentación a la corriente eléctrica y encender el aparato.

Y aquí comenzó el cachondeo.

Enciendo el ordenador, y me pongo a escuchar los pitidos que lance la placa base y que me indicará los posibles errores que haya cometido. Para saber qué errores eran esos, tenía al lado la inestimable ayuda de mi infatigable portátil (aunque el pobre está más anciano cada día que pasa) con una página abierta con los códigos de dichos pitidos.

Bien, pues como decía, enciendo el ordenador. Primer pitido, corto y conciso. En este caso, no necesito mirar el código. Demasiado bien sé que el primer pitido indica que la placa base tiene corriente, lo que quiere decir que está todo bien enchufado. Pero al rato, llega el primer error. Tres pitidos cortos (PIPIPI). Miro el código y me encuentro con lo siguiente:

Error en los primeros 64Kb de la memoria RAM

Mosqueado, busco en más páginas para comparar, y en todas me dice lo mismo. Es más, las había que iban más allá y, directamente, indicaban el motivo del error: la memoria estaba defectuosa o dañada, y había que cambiarla. Debo reconocer que aquí empecé a acojonarme muchísimo, así como a ciscarme en los muertos de la tienda online donde había comprado los componentes. Mientras iba haciendo distintas pruebas, intercambiaba los módulos de memoria de lugar, de posición, ora uno ora otro, yo empezaba a temerme lo peor, ya que siempre recibía por respuesta los mismos tres pitidos del infierno. Tendría que cambiar los módulos de memoria, y eso había que hacerlo vía mensajería, y estábamos a viernes por la tarde, por lo que iba a tener un muerto en mi habitación durante todo un fin de semana.

A estas alturas, mi desesperación era tal, que yo ya había desmontado y vuelto a montar la placa base un par de veces, todas con idéntico resultado. Hasta que, al final, tengo la ocurrencia de conectar el monitor a la salida VGA integrada en la placa base. Para mi sorpresa, veo que aparece un mensaje por pantalla algo parecido a esto:

Error: Missing boot device

Y se me encendió la antorcha (a mi se me encienden antorchas en lugar de bombillas). La placa base, con sus tres pitidos, no me estaba diciendo que la memoria estuviese estropeada, no... me estaba diciendo que no encontraba el sistema operativo. Aquí pasé de defecarme en el proveedor de las piezas, a hacerlo directamente en el fabricante de la placa base, que había reinventado todo el standard de pitidos. Por supuesto que no había sistema operativo, ¿Cómo diantres iba a haberlo si aun no había instalado nada?

Pero bueno, algo más relajado al ver que aparecía una lucecita al final del túnel, busco mi DVD de Windows 7, lo meto en el lector, y procedo con su instalación... o eso pensaba yo.

Porque después de esperar a que el instalador de Windows copiara los archivos a la memoria, cuando me pide el disco duro de destino en el que quiero que me instale el sistema operativo... me encuentro con que no hay disco duro alguno. No me aparece ninguno en la lista. Esta vez, por lo menos, el susto sólo me duró un par de segundos, ya que una duda y una sospecha cruzaron raudas por mi cabeza. Miré dentro de la torre y, efectivamente, el disco duro estaba ahí pero, efectivamente, sin conectar a la placa base. Enfadado conmigo mismo esta vez por semejante despiste, apago la fuente, conecto el disco duro, vuelvo a conectar la fuente, vuelto a encender el ordenador. Y ahora sí, empieza a cargar Windows y me detecta el disco duro. Finalmente lo instalo todo y lo dejo en estado "bajo mínimos".

A esas alturas, eran ya casi las 9.30 de la noche (desde las 6 y pico que me había puesto), y yo estaba cansado y enfadado a partes iguales, con lo que me limito a instalarle el paquete de idioma español y poco más. El resto, iba a tener que esperar.

Pero por lo menos, eso sí, el trabajo estaba hecho y satisfactoriamente finalizado.

La verdad es que, a pesar de todo, he quedado bastante satisfecho conmigo mismo. He conseguido montar bien un ordenador (repito que esto sólo lo había hecho una vez antes, y fue un día que a nuestro profesor en el módulo superior le pareció bien quitarnos el gusanillo de hacerlo, porque según él, era una pérdida de tiempo) y prácticamente a la primera. Además, de que todo este tipo de experiencias siempre te enseñan alguna que otra cosilla.

Ahora lo malo es que, al actualizar Windows 7 se me ha colado la acutalización del WAT... y no sé cómo quitarla sin tener que descargarme chupicientasmil chorradas.

Pero eso, será otra historia.

4 de agosto de 2010

¡Falacias!

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La falacia, según algunas fuentes, es un razonamiento lógicamente incorrecto, aunque psicológicamente pueda ser persuasivo.

¿A qué viene esto? Pues viene a que, desde que el pasado 28 de julio el Parlament de Cataluña prohibiera las corridas de toros a partir de enero de 2012 a raíz de una petición popular avalada por 180.000 firmas, no he parado de escuchar más y más falacias de parte de los que defienden la tauromaquia como un "arte" y un "espectáculo". Y son falacias, precisamente, porque si releemos el comienzo del post, todos los argumentos que he escuchado yo a favor de dicho "arte" no dejan de ser "persuasivos, pero lógicamente incorrectos.

Y aquí, en este humilde blog, voy a proceder a desmontar todas y cada una de las que he oido (y recuerde). Empecemos.

1.- La tauromaquia es una tradición. Y también era tradición hasta hace no mucho tirar una cabra desde un campanario, y no por eso dejó de prohibirse por brutalidad con los animales.

2.- La tauromaquia es un arte. Sinceramente, no veo qué puede tener de arte el que una persona perfectamente entrenada y aprendida se enfrente a un animal y comience a castigarlo hasta causarle la muerte. Arte se puede considerar el proceso de creación del traje de luces, pero no del acto de la lidia.

Dicho lo cual, 3.- Toro y torero tienen las mismas probabilidades de morir en el ruedo. Esto es directamente falso. Y lo es por varios motivos. Para empezar, y en términos estadísticos, tenemos que en cada corrida mueren seis toros, mientras que el último torero murió hace 20 años. Eso para empezar. Porque, para seguir, y como he dicho antes, el torero está perfectamente entrenado para esta tarea, y se sabe a la perfección lo que tiene que hacer y lo que no. Sabe que si hace "tal", el toro no lo coge; y que si hace "cual", pues evita que el toro lo atraviese de lado a lado. Por el contrario, el toro se enfrenta en semejante situación por primera vez en su vida (en parte, por eso los toros indultados ya no sirven para otras corridas... porque han "aprendido", y eso es malo...), sin contar con que un toro es, precisamente, un ser irracional. Así pues, tenemos a un ser que actúa por instinto, y que actúa siempre igual que sus semejantes; y un ser que se adapta a la situación y que puede evitar situaciones que no le sean favorables. Y ahora volved a decirme que tienen las mismas oportunindades.

4.- El toreo es algo inherente a la cultura española y es algo por lo que se nos conoce en el mundo. Efectivamente. Y por eso mismo, hay países que no dejan de pensar en nosotros como un país "pintoresco" y de "segunda categoría", de "castañuela y pandereta", que aun vive en la época de Franco y que estamos poco menos que subdesarrollados. Que luego nos dicen que en España todo es flamenco y gitaneo y nos subimos por las paredes, así que seamos consecuentes.

5.- ¿Y la cantidad de puestos de trabajo y de dinero que se perderán? Esto es lo más fácil de todo, hacer mención directamente al bolsillo. Pues sí, se perderían puestos de trabajo, y es verdad que tal y como están las cosas, no es cuestión de echar a más gente al paro. Pero este es otro problema que deberá solucionarse a su debido tiempo y que no puede ponerse como excusa para una posible abolición. Además, lo de "dinero perdido" estaría por ver, teniendo en cuenta que cada vez hay menos afición y que cada vez hay que aportar más subenciones para que este tipo de festejos sean rentables para los empresarios.

6.- Sí bueno, pero también hay toros que son indultados y que no los matan. Esto, desgraciadamente, es una grandísima excepción. Que ojo, no estoy diciendo que no digo que no ocurra, en absoluto, pero para empezar, es increíblemente difícil que se produzca, ya que se tienen que dar una serie de circunstancias que hacen que sea más fácil una alineación interplanetaria que un indulto a un toro. Baste decir que en toda la historia de Las Ventas de Madrid, sólo se ha indultado a un toro. Dicho lo cual, no deja de parecerme una enorme casualidad que justo en la primera corrida celebrada en Barcelona tras el anuncio de la abolición de dichos festejos, se haya indultado a un toro. Que me alegro de esto, que conste, pero... no deja de parecerme una grandísima casualidad.

7.- Tú te quejas de que se matan toros... pero bien que te comes luego un pollo o un filete de ternera. Pues sí, me los como, ya que el Ser Humano es omnivoro por naturaleza (luego puedes elegir si comes carne o no, pero de momento eres omnivoro) y eso implica que necesitas de la carne de otros animales para sobrevivir. Además, dicha carne se saca de animales a los que se sacrifica en un matadero, donde las técnicas, los medios y las legislaciones actuales hacen que su sufrimiento sea el mínimo posible. Algo muy diferente de los 20 minutos de media que dura la lidia de un toro. Y eso de que "los peces se ahogan al salir del agua" o que "una lechuga también es un ser vivo" no es ya una falacia, sino el summum de la gilipollez.

8.- Pero... da lo mismo, todo es matar a un ser vivo. Sí. Y a la vez, un gran y rotundo no. La diferencia básica de todo esto es que la lidia de un toro es un acto de ocio, algo totalmente prescindible al haber otros tipos de ocio sobre todo si tenemos en cuenta que dicho ocio se basa en el maltrato y muerte de un animal, mientras que los pollos/corderos/terneras/cerdos/otros se sacrifican, como he dicho, en matarderos controlados porque se atiende a una necesidad de supervivencia. Necesitamos carne para vivir, eso es todo. Además, no creo yo que haya alguien dispuesto a pagar para ver cómo se mata a un bicho en un matadero...

9.- Me da igual, eso lo dices porque eres un antifiestas/no eres un buen español. Pues no, señor mio. Hay muchas maneras de vivir una fiesta sin necesidad de meter animales de por medio. Un servidor puede decir que es capaz de vivir unas fiestas sin necesidad de ver ni un sólo cuerno. Y me lo sigo pasando tan bien como se lo puede pasar cualquiera. Lo que ocurre es que estamos tan acostumbrados a lo fácil, que pocos son los que disocian "fiesta" de "cuernos". Y lo de no ser buen español...

10.- Pero si se prohíben las corridas de toros, el toro bravo como especie desaparecerá. Eso es algo que, directamente, no me lo creo. Precisamente por ser el toro un animal tan representativo de nuestro país (de hecho, si se ven imágenes de un evento deportivo donde aparezca España y haya aficionados españoles, es más probable ver la bandera de España con el toro de Osborne que con el escudo real). Además, lo veo un contrasentido si tenemos en cuenta los esfuerzos que se están haciendo con otras especies animales como el Lince Ibérico, el Oso Pardo y el Lobo Ibérico. Y eso por citar algunos.

11.- El toro se pega la vida padre antes de ir a la corrida. Ah, muy bien, ha cometido el delito de vivir. Y recuerdo que la especie bovina fue domesticada hace aproximadamente 10.000 años, lo que implica que no es una vida que el animal haya vivido en libertad, sino más bien en un estado de semi-libertad (es bravo, pero no salvaje). Y aun así... ¿Eso nos daría derecho a matar a los perros y gatos que tenemos en casa o en el campo? ¡Porque menuda vida se pegan, los malandrines!

12.- Todo esto es propio de un estado fascista, las personas deben tener la libertad de decidir si van a una corrida o no. Sí y no. En parte, la gente sí que debería tener ese derecho... pero es que, para empezar, los animales también tienen derecho a vivir. ¿O qué pasa, que como son animales no tienen derechos? Pues los tienen. Y como suele decirse, tu libertad termina donde empieza la del otro. Por mucho que el otro sea un animal (que bastantes animales de dos patas hay sueltos por ahí y nadie les dice nada).

13.- ¡Qué se rompe España! Esta es de las que más me gustan. Porque claro, da la casualidad de que quienes han prohibido los toros son los catalanes, y como es bien sabido, los catalanes lo único que quieren es joder al resto de los buenos españoles. Es su única misión en la vida. El hecho de que los canarios también prohibieran los toros en 1991 es lo de menos, ya que su españolidad es incuestionable. ¡Pero esta vez son los catalanes, que quieren matar a nuestras mujeres y violar a nuestras vacas! Pues eso, una tontería tan grande como esta. Y lo mejor de todo, es que todo lo que se ha originado no deja de darles razones a los catalanes para ser independentistas, ya que lo único que ven es como, desde todas las partes de España, se les señala con índice acusador a cualquier cosa que hagan o digan. Y lo del "boicto a los productos catalanes" que se llegó a oir (muy de refilón, pero se oyó) ya es de traca. Y es que, muchas veces, los separadores son peores que los separatistas.

14.- Todo es puro politiqueo. Pues claro que es politiqueo, pero como ya he dicho antes, una cosa no quita la otra. Vale que esto les ha podido servir como una cortina de humo temporal que desvíe la atención del Estatut, pero eso no quita para que, de nuevo, un sector de la población civil (180.000 personas, quiero recordar) propusiera esta ley ante el Parlament de Cataluña. Y más democracia de lo que implica esto, poco hay.

En fin, yo qué sé. A mí me parece bien dicha prohibición, a pesar de que tiene toda la pinta de que, a corto plazo, Cataluña y las Islas Canarias sean los únicos sitios donde no se pueda torear, ya que me da que al Gobierno no le va a temblar el pulso a la hora de declarar la tauromaquia como "Bien de Interés Cultural", como ya hiciera la Comunidad de Madrid en su día, y cuando esto suceda, tendremos tauromaquia per secula seculorum.

De todos modos, no me gustaría terminar sin hacer mención a dos personas muy diferentes entre ellas, pero con la misma visión respecto al tema que nos ocupa:

Por un lado, tenemos a Heinrich Himmler, máximo dirigente de la SS durante la Segunda Guerra Mundial, que en una visita a España en 1940, y tras presenciar una corrida en Las Ventas de Madrid organizada en su honor, dijo que acababa de ver "un espectaculo deleznable y extremadamente sangriento". Y por otro lado, tenemos a Mahatma Gandhi, que también dijo en su día que "un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales".

Así que... juzgad vosotros mismos.