9 de agosto de 2011

Lecciones de Historia (I): El Desastre de Annual

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He decidido darle algo de vidilla a esto de nuevo. Si he estado tanto tiempo sin poner nada, ha sido principalmente porque los acontecimientos acontecidos desde mi último post han sido muy dinámicos, muy extensos y, por consiguiente, demasiado complejos como para que fueran explicados en un sitio como este.


Dicho lo cual, y tomando un poco la idea del post Lecciones de Mitología (tranquilos, no me he olvidado de la idea) voy a comenzar una serie (que no tiene por qué ser contínua, pero que ahí va a estar) que voy a llamar Lecciones de Historia, un título demasiado pretencioso para alguien que no pasa de ser un mero aficionado a la Historia, lo sé, pero en el que intentaré explicaros un poco, o cuantos menos arrojar un poco de luz, a acontecimientos pasados (y no tan pasados) que han servido para modelar este trozo de tierra que, de momento, llamamos España.

Y voy a empezar con el llamado "Desastre de Annual", la última y más dolorosa derrota del ejército español. En esta batalla, que tuvo lugar el 22 de julio de 1921 cerca de la localidad marroquí de Annual (de la que toma su nombre), el ejército comandado por el insurgente rifeño Abd El-Krim. Fue tan dolorosa, entre otras cosas, porque los marroquíes estaban, a priori, peor equipados que los españoles; porque los marroquíes arrasaron con todas las posiciones defendidas por los soldados españoles, pasando a la mayoría de estos a cuchillo aun después de haberse rendido (y cosas peores que no comentaré aquí); porque el número de bajas fue espantoso (se calcula que, entre muertos y desaparecidos, había unos 13.000 soldados españoles, que se dice pronto); y porque mostró a toda España las miserias de una clase política inoperante.

A Marruecos iba, ni más ni menos, todo aquel que no podía permitirse el lujo de pagar para evitar ir uno mismo. Así pues, los soldados españoles destinados en Marruecos eran poco menos que reclutas forzosos, los cuales además estaban mal pagados, mal instruidos y peor mantenidos. El resultado más inmediato de todo esto fue el golpe de estado de Primo de Rivera (padre) y un nuevo descenso de España en el panorama internacional, ya que habíamos enseñado todas nuestras vergüenzas al mundo. Habíamos subestimado a un enemigo potencialmente muy peligroso y acabamos pagándolo muy caro.

Y todo esto, una vez más, sólo ha servido para que pasemos de puntillas cada vez que sale el tema (baste decir que, incluso en los libros de Historia de bachillerato, a Annual se lo menciona como una causa del Golpe de Estado de Primo de Rivera, pero poco más). Otros países, de mejor o peor manera, han aprendido de sus errores y los han utilizado para mejorar, e incluso han llegado a aupar a sus muertos al rango de héroes. Nosotros, no. Nosotros, como buenos españoles, pasamos del tema, porque sólo nos interesa lo que es bueno y cuando se gana.

De hecho, de Annual no se ha aprendido apenas nada, sobre todo en lo que a cura de humildad se refiere. ¿Cuántes veces, por ejemplo, habrán jugado equipos españoles contra otros equipos europeos, a priori inferiores, y han vuelto con una somanta de goles bajo el brazo? El desprecio al rival es, en la mayoría de las ocasiones, la firma de la propia derrota. Y así nos seguirá yendo mientras no aprendamos esto.

Pd.- Y hablando de héroes, qué menos que mencionar a los héroes de Annual, el Regimiento de Caballería de Alcántara, que protegieron la retirada de sus compañeros a base de cargas de caballería, sacrificando muchos de ellos la vida por salvar la de sus compañeros. De los 691 jinetes que componían dicho regimiento, fallecieron 471, aunque su sacrificio permitió salvar la vida de muchos otros soldados españoles.

Ferrer-Dalmau - Las Cargas del Gan