14 de abril de 2013

Análisis - Titan Quest (+ Immortal Throne)

0 comentarios
Hoy voy a aventurarme a realizar el análisis de un videojuego, uno que me ha dado muchas horas de diversión. Como es la primera vez que escribo sobre algo así, os pido un poco de comprensión, ya que habrá un montón de cosas que, seguro, me dejaré en el tintero. Además, se trata de un título que ya tiene sus años. Otra cosa antes de empezar: como posiblemente usaré términos que haya gente que no conozca, pondré un pequeño glosario al final del post.

 El juego en cuestión, como podéis ver en el título, es el Titan Quest, y su expansión, llamada Immortal Throne. Publicado en 2006 por Iron Lore vía THQ, la temática de este juego, como todo hack'n'slash que se precie, se basa en que tú, simple mortal, impidas que el titán Tifón se escape de la prisión en la que lo encerraron los dioses del Olimpo y esclavice de nuevo tanto a la humanidad como a los propios dioses. Entre medio, pues eso, a matar todo bicho viviente que se cruce en tu camino mientras vas subiendo de nivel, adquiriendo nuevas habilidades y mejorando tu arsenal con mejores armas y piezas para tus armaduras.

Uno de los motivos por los que siempre me ha encantado este título es por su fuerte contenido mitológico e histórico, aunque también hay que decir que, en este caso, la historia es una mera excusa, ya que aunar en la misma línea temporal a griegos, cretenses, egipcios, sumerios, babilonios, partos y chinos imperiales, metiendo a neanderthales de por medio, con sus respectivas culturas es, cuanto menos, improvisar ligeramente la línea temporal.

El juego, como he dicho, empieza cuando un simple mortal (tú, como jugador) llegas a la aldea griega de Helos, que justo en ese momento se está viendo sometida a un ataque de sátiros. Aquí comienza una aventura que nos llevará a Esparta, Micenas, Atenas y su Acrópolis, el palacio de Knossos en Creta y el laberinto del Minotauro, pasando de ahí a Alejandría, Tebas, Giza, y el Valle de los Reyes. Un portal mágico nos trasladará hasta el Templo de Marduk en Babilonia, teniendo que tomar desde ahí la Ruta de la Seda para, después de atravesar el Himalaya, llegar hasta China, lugar donde estaba encerrado Tifón antes de huir hasta... el Olimpo, donde acabaremos con su diabólica amenaza. Entre medio, todo un repertorio de seres mitológicos: sátiros, centauros, górgonas, hombres chacal, hombres cocodrilo, hombres lagarto, yetis, neanderthales (¿neanderthales? sí, neanderthales), hombres tigre, dragones, soldados de terracota, soldados de jade, cíclopes... y muchos más. Lo dicho, todo un compendio de la mitología mundial.

Gráficamente hablando, el juego está muy bien, sobre todo para la época en la que se publicó (el juego, recordemos, tiene ya siete años), tenía unos gráficos más que decentes sin ser desorbitados y no necesitaba un ordenador de la NASA para que fuera fluido... lo que no quita para que se notara desde el primero momento que podría haberse optimizado mucho mejor. Hoy en día, 2GHz de procesador y 1GB de RAM pueden parecer algo rudimentario, pero hace siete años no estaba nada mal. Era lo que tenía yo en mi ordenador y, a pesar de que el juego me iba muy bien, no me daba para jugar al máximo, y aun así había veces que "rascaba", sobre todo si el número de enemigos en pantalla empezaba a ser elevado. Todos los que por aquella época jugábamos a este juego coincidíamos en ese mismo aspecto, y esperamos, en vano, a que se solucionara con la salida de algún parche o alguna actualización por parte de Iron Lore... pero nunca hubo nada de eso.

Otro punto en contra que tenía el juego fue, precisamente, las civilizaciones elegidas. No por que no tuviera sentido que estuvieran juntas en el juego, que ya puestos a mezclar, tanto daba, sino porque viendo cómo se desarrollaba el juego, te quedabas con la sensación de que se podía haber hecho muchísimo más, sensación que se agudizaba cuando te dabas cuenta que la campaña de Grecia duraba más que la campaña de China. Tarabas más en recorrer Grecia de sur a norte y vuelta a Creta, que en recorrer todas las estepas desde Babilonia hasta los confines de la China continental. Vale que tampoco es cuestión de que la campaña china durara lo que tenía que durar si se comparaba con la griega porque el juego sería interminable, pero sí por lo menos que durara un poco más.

Sin embargo, a pesar de esto, contaba con una herramienta de creación de niveles e, incluso, aventuras completas, que permitía prolongar la diversión tantas horas como imaginación tuviera el creador. Y puedo asegurar que se hicieron muchos niveles de muchísima calidad con esta herramienta. Aunque lo más espectacular, desde mi punto de vista, fue la creación del parche "Monstruos x3", que como su propio nombre indica, triplicaba la cantidad de monstruos a los que te enfrentabas, haciendo que tanto la experiencia adquirida como los elementos que arrojaban los enemigos derrotados fuera abrumadora. Y no digamos ya lo bien que te lo pasabas con tanto bicho para despachar. Ascender por las escalinatas del templo de Marduk en Babilonia mientras derrotas a una ingente cantidad de enemigos, que vienen hacia ti oleada tras oleada es... maravilloso. Y además, permitía el juego on-line a través de la herramienta Hamachi, lo que te permitía, además, divertirte con tus amigos al mismo tiempo. Esto último, por supuesto, para aquellos que no tuvieran el juego muy... original, que digamos.

Y entonces, cuando más felices estábamos con nuestro juego y mejor nos lo estábamos pasando, llegó el año 2007 y THQ anunció lo que muchos estábamos esperando: Una expansión. La noticia tuvo una gran acogida entre los que estábamos jugando por aquella época. Dicha expansión se llamó Immortal Throne, y continuaba la historia justo donde finalizaba el juego. Tras derrotar a Tifón, todos los dioses deciden retirarse del mundo, viendo que la humanidad puede valerse por sí sola... todos menos Hades, que ve en ese instante su oportunidad para hacerse con control del mundo de los vivos por la fuerza al no haber otras deidades que se lo impidan. Así que tú, tras caer del Olimpo y aparecer en Rodas y enterarte de la caída de su coloso, te ves obligado a internarte en el Inframundo para derrotar al Dios de los infiernos y sus huestes.

A priori, esto suponía la respuesta a todas nuestras oraciones. Más pantallas, nuevos monstruos, nuevas habilidades (dos), más niveles (el juego original te permitía llegar hasta el 65, y ahora podías subir hasta el 75), más armas... También se esperaba una solución a esa falta de optimización que veníamos reclamando y que, a pesar de salir varios parches entre medio, seguía sin solucionarse. Y no sólo no se solucionó, sino que el juego se hizo aun más pesado. Por lo demás, los añadidos que se hicieron no fueron todo lo interesantes que se esperaba que fueran, y el juego fue perdiendo fuelle poco a poco, ya que la expansión se quedaba, a todas luces, corta. Por mucho que fuera una "simple" expansión. He llegado a conocer expansiones en otros juegos que duraban casi tanto como el juego original. Todos nos quedamos, la verdad, con ganas de más, y pensamos que era porque, tal vez, Iron Lore estaría preparando una segunda expansión... pero nada más lejos de la realidad. Tal vez fuera precisamente por la expansión, pero lo cierto es que el juego perdió toda la fama que llegó a tener, y ya no volvió a saberse nada más de él.

Para finalizar, debo decir que, en rasgos generales y a pesar de sus fallos, este es un muy buen juego que te asegura muchas horas de diversión, que a fin de cuentas es de lo que se trata. Además, al tener sus añitos, no creo que cueste mucho encontrarlo en cualquier tienda a un precio más que asequible. Al menos en lo se refiere al juego base, ya que por lo que habéis podido adivinar leyendo el post, la expansión es bastante prescindible excepto por un par de cosillas.

Y por supuesto, no me gustaría terminar este post sin saludar desde aquí a todos los buenos compañeros de juego que hice en los foros de Titan Quest España, que me ayudaron y aconsejaron en todo momento, haciendo que la experiencia del juego fuera aun más enriquecedora. Muchas gracias, compañeros.