10 de diciembre de 2012

No sabemos vendernos

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Da igual lo mucho que insistan nuestros dirigentes en que hay que cuidar y mimar lo que ellos han dado a llamar "la Marca España". España mola y el mundo tiene que saberlo sí o sí. Pero da igual lo mucho que lo intenten, insisto, o cómo lo intenten, porque al fin y al cabo, va a haber cosas que no cambiarán nunca. No sé si por desidia de esos mismos que pregonan "la Marca España" como si fuera la solución a todos nuestros problemas y perdón a todos nuestros pecados o, como yo me temo, por pura ignorancia de esas mismas gentes, pero hay cosas que no cambian. Porque en casa seremos lo más y mejor, y nos sorprenderemos de que el resto del mundo no se dé cuenta de ello, pero esto es así, entre otras cosas, porque no tenemos ni idea de cómo vendernos de cara al exterior, ni tan siquiera en lo más básico. Los españoles somos cojonudos, sí, pero por ejemplo, para Sudamérica no dejamos de ser "los conquistadores".

¿A qué viene todo esto? Pues por dos motivos principales. Por un lado, somos famosos en el mundo por haber "inventado" el Santo Oficio de la Inquisición


Y no deja de ser gracioso, ya que denota la ignorancia que hay al respecto. Pero también es preocupante, porque denota que los españoles tampoco sabemos cómo defendernos al respecto, ni tan siquiera desde las esferas que deben defendernos. Para empezar, la Inquisición, para abreviar, no se "inventó" en España, sino en Francia en 1184 para combatir a los Cátaros, y se siguió practicando a todo lo largo y ancho de Europa, con más o menos "efectividad", hasta entrado el siglo XX. Sí es cierto que en España tuvimos la figura de Fray Tomás de Torquemada, pero este santo varón no apareció en escena hasta 1483, trescientos años más tarde. También Portugal tuvo su propia Inquisición, e incluso los Estados Pontificios, amén del resto de países europeos, como digo, aunque fuera a escala algo menor. Es más, por muy sangrienta que sea la fama de la Inquisición Española, no lo es menos la de la Caza de Brujas que se dio en Estados Unidos en el siglo XVII, cuando aun no eran más que meras colonias británicas, y que también tuvieron una fuerte connotación inquisitorial... oh, pero claro, ellos sólo eran ingleses y extremadamente puritanos, pobrecicos míos. Ellos solo fueron víctimas de sus propios miedos y prejuicios, así como de su ignorancia y mojigatería, así que, ¿Para qué molestarles más con tonterías como la masacre y persecución de cientos de personas por falsas acusaciones o chismes sin fundamento, cuando no por puros celos y envidias? Además, fueron ingleses y ahora americanos, así que son los buenos de la película. Se vieron "obligados" a elegir un mal menor en defensa de sus santísimas libertades.

Porque, precisamente, de los EE.UU. es de donde viene el otro de los motivos, aunque sea de manera indirecta. Desde hace un tiempo, siempre que veo o leo a un sudamericano hablar de España, es en los mismos términos: Somos unos conquistadores, y no en el sentido positivo de la palabra, precisamente. Somos expoliadores, saqueadores y, ante todo, asesinos y aniquiladores. No dicen nada, precisamente, de la mezcla cultural que hubo entre la cultura hispánica y las demás culturas sudamericanas a lo largo de los años en que fueron colonias españolas. Ellos se quedan en que les robamos el oro y punto. En que acabamos con sus respectivas culturas. En que los exterminamos como pueblos. A ver, que tampoco voy a decir ahora que nuestro comportamiento en América del Sur fuera ejemplar, ni mucho menos, pero no fue un comportamiento diferente al que se dio en otras potencias de la época, como Portugal o la ya anteriormente mencionada Inglaterra. Es más, y hablando de Inglaterra, cuando sale el tema nadie se acuerda del verdadero exterminio indio que se dio en América del Norte, primero con las 13 colonias (inglesas), y después con los Estados Unidos. Y es curioso, cuanto menos, ya que en el sur, con el tiempo y las revoluciones, comenzaron a aparecer estados independientes donde antes sólo había colonias españolas, estando algunos de estos estados dirigidos actualmente por descendientes de indígenas, véase si no el caso de Evo Morales en Bolivia. Y dichos estados han ido medrando tras las respectivas independencias. Sin embargo, ha pasado el tiempo y no veo que en América del Norte haya pasado lo mismo. Es más, diría que ha pasado todo lo contrario, porque, que yo sepa, y tras el exterminio de la inmensa mayoría de naciones  indias norteamericanas, no ha nacido ningún estado independiente, ni existe un estado dentro de los EE.UU. que esté dirigido por un descendiente de cualquiera de esos pueblos. Y ojo, que tampoco hay que echarle toda la culpa a los ingleses de toda esa desaparición, ya que ellos sólo se limitaron a recoger el testigo de otros países como Francia u Holanda, que fueron los que empezaron en serio. 

Sólo diré dos cosas para terminar: Primero, ¿Os acordáis de la película "El Último Mohicano"? A los que la hayáis visto, ¿Os acordáis de qué iba la película y por qué era el último de los mohicanos? Y digo más, ¿Visteis por ahí, acaso, a algún español? Pues eso; Y segundo: El nombre original de Nueva York era Nueva Amsterdam, y aparte de que la leyenda cuenta que los holandeses les compraron Manhattan a los Lenape por 24 dólares, se puede ver que, en cuestión de pocos años, la población indígena de la zona descendió de 5.000 a 200 personas.

Pero luego los malos somos nosotros, claro. Si es que no sabemos vendernos...

7 de diciembre de 2012

Constitucioncita que vienes al mundo...

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Ayer fue el cumpleaños de nuestra sacrosanta (y actual) Constitución de 1978. Y mucho me temo que, pobrecica mía, tuvo un 34 aniversario de lo más amargo. Me la imagino sonriendo, falsamente, a toda la caterva de impresentables que fueron ayer a celebrar con ella su cumpleaños. Políticos actuales, pasados, futuros y futuribles. Gente, toda ella, sonriéndole falsamente y pormetiéndole todo tipo de parabienes y de grandezas. Así que no es de extrañar que ella les sonriera con la misma falsedad. A fin de cuentas, toda esa gentuza no han parado de engañarla prácticamente desde que nació. Y lo que te rondaré, morena, piensa ella. Qué de tonterías, sandeces y disparates se han hecho y dicho a mi costa. Y las que me quedan, sigue pensando, afligida y pesarosa.
 
Lo dicho, 34 añazos ya, la segunda más larga de la historia de las Españas, sólo por detrás de su hermana mayor, la de 1876, y que duró 55 años. El cumpleaños ha pasado y ahora se refresca mientras se mira al espejo del cuarto de baño. Nunca fue perfecta, piensa, como lo es, al fin y al cabo, toda obra humana. Pero ojo, nunca pretendió serlo, aunque sí lo pretendieran aquellos que la crearon. O, al menos, pretendieron que ella, y con ella el resto del país, así lo creyera, aunque eso ya escapa a sus entendederas. Porque vale que ella es muy lista y muy sabia, pero sigue habiendo cosas del comportamiento humano en general, y español en particular, que se le escapan. Que sigue sin encontrarles sentido alguno.

Como, por ejemplo, que siempre se dijera de ella lo dificil que era de cambiar. Ante todo, era robusta e inviolable. Y sonríe al recordar esas palabras, ya que le gustaban, por supuesto. Le gustaba su sonoridad. Podía llegar a entender que, si se la hizo así, fue precisamente porque en la época en la que le tocó nacer, las cosas no estaban todo lo finas que cabría esperar, y podía pasar cualquier cosa en cualquier momento. No era para menos, ya que a los tres años de nacer, intentaron echarla para atrás a golpe de pistola. La Democracia en España estaba renaciendo con ella y no era plan de que nada ni nadie echara por tierra el esfuerzo de tanta gente. Pero bueno, afortunadamente, la cosa no pasó de ahí y, a partir de ese momento, todo fue hacia adelante. Robusta e inviolable, sigue dándole vueltas a esas dos palabras en la cabeza como si fuera un caramelo en la boca. Y es entonces, precisamente como si se hubiera cortado la lengua con una astillita de ese caramelo, cuando se le tuerce el rostro y se le nubla la vista. Porque precisamente por ser robusta e inviolable se evitaron hacer un sinnúmero de reformas que no le hubieran venido mal para que el perfecto funcionamiento de la democracia hubiera seguido siendo, eso, perfecto. Como el que una mujer pueda sentarse en el trono. Que sí, que vale, que puede sentarse, pero tiene que producirse una alineación intergaláctica para que eso suceda sin ningún sobresalto. En ese aspecto, piensa mientras se lava un poco la cara, espera que Felipe de Borbón, futuro Felipe VI de España si no pasa nada antes, haga algo al respecto. Si es que puede, claro. Tan robusta e inviolable ella. Tantas cosas que se podían haber hecho y no se hicieron por esa dos palabras... y lo primero que se hizo fue, precisamente, cambiarla para ponerle un tope de gastos. Se fue una noche a dormir y, al día siguiente, se levantó con la sorpresa. Para eso no les hizo falta invocar su santísima robustez, no. Que gastaba mucho y por encima de sus posibilidades, decían. Que gastaban mucho ellos, querrían decir, y le quisieron echar el muerto a otros. Y todo por querer que el vecino les mirara bien. Quizá por eso mismo, ahora le suena a cachondeo eso de "robusta e inviolable".

Qué gente, piensa mientras suspira larga y lentamente. Han hecho que, en cosa de un par de años, o quizás incluso menos, la gente haya pasado de echarles la culpa a ellos, a echársela... ¡Directamente a ella! ¿Pero qué había hecho ella? ¡Si los que empezaron a hacer su santa voluntad por enicma de lo que ella decía habían sido, precisamente, ellos! Mucho mimarla, mucho adorarla, y a la hora de la verdad, ni le hacen caso, ni la cuidan, ni nada. No es perfecta, se repite, pero diantres, si aquellos que tienen que hacerme caso, me hacen el caso que ellos quieren, así no vamos a ninguna parte. Y menos perfecta que seré, claro.

Finalmente, me la imagino yéndose a dormir, esperando que, cuando despierte al año siguiente, la cosa haya cambiado un poco. Pero a mejor, que para cambios a peor siempre hay tiempo. Se pregunta, casi cuando se queda dormida, si se habrán dado cuenta de lo falsa que era su sonrisa. Como para no serlo. Como para no darse cuenta. Como se dio ella cuenta de lo falsas que eran las sonrisas que le dirigían a ella.

23 de noviembre de 2012

Viejas Glorias

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Hoy me toca ponerme en plan Abuelo Cebolleta, y es que justo tras publicar el último post, empecé a recordar uno de los videojuegos que más marcaron mi adolescencia: El Metropolis Street Racer (MSR) de Sega Dreamcast, desarrollado por la ya desaparecida Bizarre Creations. Una muestra de lo que representó este juego en mi mente adolescente es, que cuando desapareció la partida que tenía guardada de dicho juego me cabreó muchísimo más que cuando desapareció otra partida que tenía de Final Fantasy X a la que le había dedicado unas 240 horas... creo que con esto lo digo todo. Eso sí, aviso que lo que voy a escribir a continuación es todo de memoria, de recuerdos que tengo de hace ya unos cuantos años, por lo que es muy probable que dichos recuerdos estén algo empañados por esa idealización que le da el paso del tiempo a todo aquello que nos ha gustado enormemente en el pasado.

Para empezar, diré que, en mi opinión, este juego fue el pionero de los juegos de conducción tal y como los conocemos ahora: Carreras ilegales en las calles de varias ciudades del mundo; recompensas por ganar en un circuito o en sprint en dichas calles; recompensas por derrapes largos y sin choques; y así hasta completar un largo etcétera. No podía ser menos, ya que su plataforma, la consola Sega Dreamcast, también fue una pionera en sí misma. Y le pasó lo mismo que a todo buen pionero o descubridor que se precie: Que "murió" pobre y sola.

La principal de las novedades de este juego respecto a los anteriores fue, precisamente, que se competía en las calles de tres conocidísimas ciudades a nivel mundial, a saber: Tokyo, Londres y San Francisco, todas ellas mapeadas con todo lujo de detalles. De hecho, en este juego Trafalgar Square merece una mención especial aparte debido al alto grado de precisión y realismo que presentaba dicha plaza londinense en el juego. Pero no sólo en el ambiente se quedaba la recreación, ya que dependiendo de la ciudad en la que estuvieras corriendo en ese momento, y de la hora del día a la que corrieras, cambiaban tanto las condiciones meteorológicas como las emisoras de la radio del coche con las que podías elegir la música que querías escuchar. Y creedme cuando os digo que no es lo mismo conducir con un solazo de impresión en San Francisco... que conducir bajo un intenso aguacero por las calles de Londres.

Otra novedad fue que, aunque ya había juegos con coches reales, estos solían ser siempre superdeportivos o, cuanto menos, coches  preparados directamente para la competición. Modelos, a fin de cuentas, que sólo se veían en revistas y similares, mientras que en el MSR te encontrabas, además de ese tipo de coches, faltaría más, modelos que podías ver en tu día a día aparcados en la calle, lo cual representaba toda una novedad. Porque vale, sí, conducir un Ferrari o un Porsche siempre es divertido, pero... cuando te los encuentras en todos los juegos de conducción que tocas, al final pierden mucho de su brillo. Ahora bien, cuando lo que te ponen entre las manos es el volante de un Peugeot 306 HDi... la cosa cambia. Y dentro de los coches, otra novedad fue que cada coche tenía su propia forma de comportarse dependiendo de sus características. Así pues, no era lo mismo conducir un Honda S2000 o un Ford Mustang GT... que un Mitsubishi Lancer Evo VI o un Toyota Celica GT-FOUR.

Y, para un servidor, la mayor de las novedades fue, precisamente, el manejo. Como ya he dicho antes, Dreamcast fue una pionera en su campo, y entre sus características se incluían unos gatillos totalmente analógicos en la parte inferior del mando. Pues bien, estos gatillos se usaban en el juego como acelerador y freno respectivamente, y al ser completamente analógicos, podías acelerar y frenar a voluntad. A lo que me refiero con esto es que, en otros juegos anteriores, si tu pulsabas el botón del freno, frenabas a fondo, y lo mismo pasaba con el acelerador. El MSR, en cambio, te permitía acelerar o frenar a medias, lo cual era increíblemente útil a la hora de tomar curvas que, con darlas a medio gas o frenando a medias, te permitían ganar esos preciosos segundos respecto a tus rivales sin ponerte a dar vueltas como una peonza en caso de que el coche empezara a derrapar. Porque, como ya he mencionado con anterioridad, no es lo mismo conducir en Londres con un Honda S2000 bajo un aguacero que no ves a dos metros... que en San Francisco con un Nissan Skyline GT-R y un sol de justicia.

Debo añadir, ya para finalizar, que este juego se lanzó al mercado en Noviembre de 2000, por lo que sus gráficos están más que superados, pero... después de ver varios vídeos y comprobar que, efectivamente, 12 años nos separan desde entonces, puedo afirmar que estamos, o estuvimos, ante el mejor juego de coches jamás creado con anterioridad para ninguna otra plataforma.


Pd.- ¿No habrá por ahí, por casualidad, un alma caritativa que me deje su Dreamcast, su tarjeta de memoria y su MSR?

21 de noviembre de 2012

Comparaciones odiosas

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Porque, como muy bien reza el dicho, las comparaciones son odiosas. Y si encima son inevitables y para desmerecer algo, peor todavía.

En este caso me refiero a la inevitabilísima comparación entre dos videojuegos que son primos hermanos. Por un lado, tenemos Need for Speed: Most Wanted, desarrollado en 2005 por EA Black Box; y por otro lado tenemos la remasterización desarrollada este mismo año por Criterion Games y que se llama, como no puede ser de otra forma, Need for Speed: Most Wanted 2012.

Personalmente, y antes de empezar en serio, debo decir que el juego me gusta. Está muy bien desarrollado, los coches se comportan cada uno acorde a sus propias características físicas, ya que no es lo mismo conducir un Lancia Delta HF que un Ariel Atom 500... ni por asomo, los gráficos son excelentes, etc. Además, que a priori la idea es muy buena: Adaptar el juego del 2005 a los coches actuales. Y teniendo en cuenta que el juego original era muy bueno, este prometía. Misma estética, mismo motor, mismo desarrollo... pero con coches totalmente actualizados. Una maravilla, en pocas palabras. Y si encima veías el trailer del mismo, pues ya poco más se podía decir:



Pero el problema es, precisamente, ese. Que prometía. Y con las promesas se ha quedado, porque ambos juegos no se parecen en nada. El primer error de todos, a mi parecer, ha sido cambiar el equipo de desarrollo. Para el juego de 2012 han escogido a Criterion, la desarrolladora de la franquicia de juegos Burnout, y eso se ha notado y mucho, ya que el juego tiene todas las características de esta otra serie. Más que "Most Wanted 2012", el juego tendría que haberse llamado "Burnout 2012". 

Respecto al juego en sí mismo, se lo cargaron en el momento en el que decidieron prescindir completamente del Modo Historia. Si en la versión del 2005 ese modo era el que servía de espina dorsal a todo el juego, y el que, de hecho, le daba un mínimo de sentido, os podéis imaginar cómo es la versión del 2012 sin una historia en torno a la cual gire toda la acción. Lo dicho, es un "Burnout 2012", ya que lo único a lo que te limitas es a correr. Porque sí. Porque queda muy bien eso de "mira mamá, estoy conduciendo un Gallardo". Incluso cuando te persigue la policía, lo único que puedes hacer es limitarte a correr, ya que en esta edición han eliminado los "puntos de ruptura" de la edición anterior, por lo que ahora, o te escapas de la policía por velocidad, o no te escapas. Así de claro. Y aunque no te escapes da lo mismo, ya que no te repercute para nada en el desarrollo del juego. En el amor propio sí es verdad que siempre repercute algo, pero desde luego, en el juego no. Y lo peor de todo, para mi, es eso de que, para conseguir un coche de la Black List, tengas que destrozar, literalmente, el coche del rival. Algo muy propio de la saga Burnout y que a mí, personalmente, me parece un auténtico despropósito.

Otra de las características que han ido a peor ha sido la de la mejora de los coches. En el videojuego original, aparte de que empezabas con coches de gama media-baja, como el Fiat Punto, e ibas consiguiendo coches de gamas más altas conforme avanzabas, las mejoras de los mismos eran más graduales, ya que dichas mejoras también se iban desbloqueando conforme avanzaba el juego. Ganabas la carrera tal, por lo que ganabas la pieza cual, que te daba la mejora de lo que fuera. En la edición 2012 empiezas directamente conduciendo un Aston Martin V12 Vantange, y los coches, en lugar de comprarlos, te los vas encontrando por el camino. Y los primeros en encontrarte son "minucias" como, por ejemplo, el Porsche 911 Carrera S, el Maserati GranTurismo MC Stradale o el Lamborghini Gallardo. Además, algo tan "caro" de conseguir en la edición anteiror como era el óxido nitroso, en esta se consigue sólo por ganar la primera carrera, y encima se debe ganar para todos y cada uno de los coches. Ya no vale con desbloquear la mejora e irse a un talle a instalarla al coche de turno. No. Tienes que conseguirla para todos los coches que encuentres, lo cual es otro engorro a sumar a la lista. Porque el mayor engorro de todos es la dificultad propia del juego. Las carreras marcadas como fáciles son, eso, fáciles. Si no te encuentras con ningún coche "peatón" de frente, puedes ganar la carrera muchas veces incluso sin quererlo. Pero las que están marcadas como dificultad media... ¡Ay, amigo! Esas ya son otro cantar. Y las que están marcadas como difíciles, ya ni hablamos. Y ni qué decir tiene lo dificil que te lo ponen los integrantes de la Black List... vale que tienen que vender caro su pellejo, no digo que no, pero lo de este juego creo que es pasarse un poco. Un poco mucho.

Pero, como digo al principio, el juego en sí mismo no es malo. En absoluto. Lo dicho, los gráficos y la definición de los mismos son fabulosos, y el manejo de los coches, al menos en la mayoría de ellos, es una gozada. Además, la banda sonora está muy a la altura de las circunstancias, ya que es muy movida y es muy motivadora. Vamos, que te entran ganas de pisar el acelerador sólo con escucharla. Pero claro, el problema, insisto, es el nombre. Si lo hubieran llamado Burnout 2012, como he dicho antes, no habría pasado absolutamente nada. Tendríamos un juego muy bueno de conducción, una galería fantástica de cochazos de alta gama y carreras a lo loco por toda la ciudad. Y aquí paz y después gloria. Pero si te llamas Need of Speed: Most Wanted 2012... más te vale, por lo menos, parecerte algo a tu predecesor.

17 de noviembre de 2012

Cuidado con el GPS…

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…que lo carga el Diablo, como suele decirse.

Hoy toca hablar del GPS, o Global Positioning System, por sus siglas en inglés, ese sistema de posicionamiento global que, poco a poco, se está haciendo más presente en nuestro día a día. Prácticamente, todos los coches recién salidos de fábrica vienen ya con un navegador incorporado dentro de sus extras y, si te pasas por la sección del Automóvil de cualquier centro comercial, te encontrarás con un espacio reservado exclusivamente a estos dispositivos. Pero eso sí, si digo “cuidado con él” es porque, aunque la considero una herramienta la mar de útil, sobre todo a la hora de salir a carretera, también opino que tiene sus desventajas e inconvenientes. Como todo en esta vida, claro está.

En mi opinión, los beneficios no son pocos. Para mí, el primero y fundamental es el de evitarte la necesidad de llevar un mapa cartográfico más grande que el propio coche desplegado dentro del mismo para saber por dónde tienes que ir… considerando que sepas dónde estás en un momento dado, claro, ya que, para empezar, el GPS te indica, con una altísima precisión, el punto exacto en el que te encuentras. El siguiente beneficio, a cuerda del primero, es que te traza la trayectoria a seguir entre tu punto de origen y tu punto de destino, lo que te evita tener que empollarte la ruta que necesitas seguir. Vale, si es un trayecto corto este beneficio se queda en nada, pero cuando las rutas empiezan a ser largas o, simple y llanamente, no tienes ni idea de la zona en la que te encuentras y no conoces sus carreteras… ayuda y mucho, la verdad. Y ni qué decir tiene que, en la mayoría de modelos, viene ya incorporada la función de detección de radares, cálculo de tiempo estimado, velocidad de la vía frente a la velocidad actual del vehículo, etc.

Pero, eso sí, no todo el monte es orégano. Para empezar, porque como buen aparato basado en la informática, es más tonto que Abundio; y para seguir, porque todos los aparatos GPS destinados a la conducción no son GPS puro, sino simples y meros navegadores. Explico estos dos puntos. Un GPS puro y duro funciona mediante coordenadas. Longitud y latitud, grados y minutos. Está usted en el punto Xº,-Yº, introduzca las coordenadas a las que quiere llegar. Vale que, de cara a la conducción, el aparato resume todo esto como “Ciudad de Origen” y “Ciudad de Destino”. Pero precisamente, al estar pensado para circular por carreteras, tiene que ser un aparato de mucha calidad, o con un mapeado muy bien definido, para que no se vuelva loco si se entra en sendas de tierra. Obviamente, ahí no hay ciudad de origen ni de destino que valga. Otra forma de percibir su “tontería” es, precisamente, porque, como buen navegador que es, traza las rutas basándose escrupulosamente en el mapeado base que pueda tener el aparato en su memoria, lo que llega a ser potencialmente peligroso. Imagino que, quien más, quien menos, todo el mundo recordará el fatal accidente de un senegalés que se precipitó a un pantano precisamente porque el GPS le indicó que la carretera que tenía que seguir pasaba por ahí (Noticia). Además, en mi experiencia personal con dichos aparatos, de haber seguido al pie de la letra lo que me dictaba el mío, ahora mismo estaría todavía intentando llegar a casa desde hace ya más de tres meses.

De todo esto se desprenden un par de consejos básicos. El primero, tener el navegador perfectamente actualizado. Tampoco hace falta caer en la paranoia de estar buscando actualizaciones todos los días, no sea que hayan cambiado la dirección de las calles, pero sí que, si se prevé la realización de un viaje o un desplazamiento moderadamente largo, qué menos que actualizarlo el día anterior a la salida. Y, no menos importante, que a fin de cuentas, quien conduce es uno mismo, y esa situación no cambia se lleve GPS o no. Quien conduce es quien debe decidir, en todo momento, hasta qué punto se fía de lo que el aparato le va dictando. Por poner un ejemplo, es como si tenemos un asesor financiero que nos propone un negocio de lo más turbio. Si vemos que ese negocio nos va a llevar a la ruina, no le hacemos caso… ¿Verdad?

7 de noviembre de 2012

La tecnología por la tecnología

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Que la tecnología es una de las características que nos hace humanos está más que claro. Es, entre otras cosas, lo que nos permitió salir de las cavernas, hacer fuego propio y empezar a transportar la caza y la recolección sobre ruedas en lugar de cargarlo a las espaldas. Es más, como suele decirse, la necesidad crea el órgano, y cada vez que el ser humano sentía una necesidad, ahí estaba la tecnología para ayudarnos. Pero, como digo, siempre estaba la necesidad por delante y, sobre todo, por encima de la tecnología.

El problema es que, en los últimos tiempos, es la tecnología quien se ha puesto por delante de la necesidad. Es la propia tecnología la que "nos dicta" nuestras necesidades. La tecnología por la tecnología, como digo al principio. Y no es que la tecnología en sí misma sea mala, todo lo contrario. El problema, también, es cuando son las distintas compañías las que, aprovechándose de la tecnología, nos dicen qué es lo que necesitamos. Un buen ejemplo es el caso de los móviles. ¿Para qué sirve, en teoría, un teléfono? Pues, en teoría, para hablar, claro. Porque en los últimos tiempos, si quieres un teléfono móvil, qué menos que tenga GPS, WiFi, 3G, ABS, TXT, ESP y todo lo que se ponga por delante. Para todo lo que sea, menos para que se pueda hablar por ellos. Y la mayor parte de las veces, son cosas que no nos hacen falta en absoluto. Pero, también en connivencia con las operadoras, porque todos queremos comer, entre unos y otros han acabado vendiéndonos la moto de que necesitamos tener un teléfono móvil que tenga Internet. Y que cuando más grande y negro sea, mejor que mejor.

Pero lo que realmente me ha llegado al alma, lo que realmente ha inspirado este post, es el tema de los eBooks. Porque aquí sí que no hay necesidad previa alguna, y sí que es un artículo que vende la tecnología por la tecnología. Simple y llanamente, hubo alguien que, un buen día, tuvo la idea de convertir los libros en un dispositivo electrónico. ¿Por qué? Simplemente, porque dicho aparato no existía, y al no existir el aparato, el mercado estaba ahí esperando al primero que supiera aprovechar la oportunidad. Y bien que se aprovecharon. Ahora mismo, se ha instalado la idea en la mentalidad colectiva de la sociedad que lo más útil y práctico para leer no es sino un eBook, o un eReader, o una tablet. Al gusto del consumidor. Y se escudan diciendo que en sus casa no caben todos los libros que quieren leerse, mientras que en la tablet, sí. Y si bien es cierto que no dejan de tener razón, no es menos cierto que ese razonamiento se cae de propio absurdo que es. Ciertamente, cualquier reader que se precie de tener un mínimo de espacio, es capaz de almacenar alrededor de 2.000 libros en su interior. 2.000 libros, que se dice pronto. Y es verdad que esa cantidad de libros no se meten en cualquier parte, pero por otro lado... ¿En serio alguien va a leerse 2.000 libros? Porque ya no es sólo cuestión de tener espacio físico para almacenar esos 2.000 libros en su formato clásico, de papel de toda la vida, sino de capacidad lectora y, ante todo, tiempo. ¿Alguien se ha parado siquiera a calcular cuánto tiempo podría necesitar una persona para leer semejante cantidad de publicaciones? Así a bote pronto, y calculando que un libro tarde aproximadamente un mes en leerse, día arriba, día abajo dependiendo de su extensión, estaríamos hablando de que se tardarían 166 años en leerse todos esos libros. Un tiempo que, además de exceder en mucho la esperanza de vida actual del común de los mortales, excede muchísimo más la vida útil del aparato en cuestión. Porque recordemos que todo aparato tecnológico está sujeto, por diseño, a la llamada obsolescencia programada, por lo que la vida útil de un aparato de estas características, al igual que los móviles, no va a exceder de los 5 o, como mucho, 6 años. Y de ahí a los 166 que se necesitarían para leer todos esos libros, sigue mediando un abismo.

Luego ya, y para terminar, estaría el tema del precio. Sí es verdad que un libro en versión electrónica cuesta hasta 10 veces menos que uno en versión imprenta (unos 2.5€ el electrónico frente a los 20-25€ del libro de papel), lo cual es normal ya que a fin de cuentas estás pagando por... nada, un archivo electrónico formado por unos y ceros lógicos, mientras que el formato tradicional sí tiene un proceso de fabricación a sus espaldas, pero como nadie lo ha comentado todavía a su favor, no seré yo quien lo haga en su contra.

Porque claro, imagino que todos los que estén pensando en comprarse un ebook estarán pensando, también, en que van a tener que seguir comprándose esos libros igualmente, ¿verdad? Porque, a lo mejor, se piensa que su mayor utilidad es la de leer libros gratis... pero nadie quiere decirlo abiertamente.

31 de octubre de 2012

Y parece que fue ayer

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Por si acaso alguien aun no se ha enterado a estas alturas de la película, que ya sería raro, pero siempre hay algún que otro despistadillo por ahí, estamos en el año 2012, en el que se cumplen, o se cumplieron, 200 años desde que se firmó y aprobó la primera Constitución española. Y, como ya digo, parece que fue ayer.

Hagamos un poco de memoria. A estas alturas de 1812, y aunque la Constitución ya estuviera más que aprobada, estábamos en guerra contra la Francia de Napoleón, el cual había entrado en España como Pedro por su casa con sus ejércitos imperiales hacía ya cinco años, a finales de 1807, con la excusa de invadir Portugal. De ahí a que a los españoles se les quitara la venda de los ojos y empezaran a rajar cuellos franceses sólo pasaron unos 6-7 meses. Antes de eso, España era, ante todo, un caos. A saber.

Teníamos a un rey, Carlos IV, cuya máxima aspiración diaria era, bien irse a cazar, bien meterse de cabeza en el taller de carpintería de palacio y darle al serrucho, dejando los designios del país en manos de sus ministros, encabezados en esas fechas por Manuel Godoy, uno de los políticos españoles más odiados de todos los tiempos. Y, sin embargo, y a pesar de todo lo que se ha venido diciendo de él durante estos largos años, yo he llegado a la conclusión de que fue un pobre diablo al que, simple y llanamente, el puesto que ocupaba y las situaciones que le tocaron vivir le vinieron grandes. Muy grandes

Teníamos, además, una clase ilustrada que, antes de 1807 e incluso durante la propia guerra, veía con buenos ojos que Francia conquistara España, con el único fin de que las ideas revolucionarias y reformistas que venían del país vecino penetraran en España y nos permitiera salir del anquilosamiento que veníamos padeciendo, día arriba, día abajo, desde hacía aproximadamente 150 años, pero que conforme avanzaba la guerra y se iba conociendo más a aquellos que prometían ser sus salvadores, acabó por unirse a los esfuerzos nacionales por expulsar a los invasores de nuestros territorios.

Pues bien. Resulta que estamos en 2012, doscientos años después de aquellos acontecimientos, y me da la sensación de que la historia se repite, prácticamente, punto por punto.

Porque llevamos, casualmente, desde 2007-2008 en una crisis a la que nuestros primeros ministros, lejos de alejarnos de ella, nos han ido metiendo más profundamente a cada día que pasaba. Dicho de otra forma, que tanto los puestos que ocupan u ocuparon les vienen terriblemente grandes, así como la situación actual en sí misma. Tenemos también un rey que, bien por campechano, bien porque la actual Constitución lo mantiene maniatado, se limita a realizar labores meramente protocolarias y de cara a la galería, al menos que se sepa. E incluso tenemos, o hemos tenido, esa clase ilustrada que veía con buenos ojos, en este caso, a Alemania. Una Alemania que prometía ser la panacea, la solución a todos nuestros problemas habidos y por haber. Hasta que Alemania vino, habló y empezó a plantear sus condiciones para la limpieza, que fue cuando el pueblo se alzó y le dijo a Alemania que ya podía irse justo por donde había venido.

Vale, que sí. Que no estamos en guerra con nadie. De facto, al menos. Ni nadie va rajando cuellos germanos por calle. Pero la guerra de hace 200 años no fue sino la consecuencia lógica de una crisis que se gestó en aquella época. Una crisis, como digo, que tuvieron como cómplices unos políticos que no supieron, o no pudieron, estar a la altura de las circunstancias.

12 de octubre de 2012

Una jaula de grillos

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Con el título de esta película de 1996 protagonizada por Robin Williams, hoy le toca el turno a Twitter, la red social basada en el micro-blogging, como suele llamarse debido al tamaño los mensajes que se postean. O en el "Sentémos cátedra que somos muy listos", como la llamo yo.

Para empezar, qué menos que un poco de historia, ya que, al contrario de lo que mucha gente puede pensar, esta red social es más vieja de lo que parece. Para empezar, es mas vieja que Facebook, aunque mucha gente piense que apareció debido a una especie de "evolución natural" de la red social creada, entre otros, por Mark Zuckerberg. De hecho, mientras que Facebook fue creado en 2007, y que no salió del cascarón hasta casi año y medio después, Twitter se creó en 2006, un año antes. Pero claro, el funcionamiento de Twitter lo hace estar más orientado a los teléfonos móviles. Recordemos que, de hecho, el número máximo de carácteres que puede tener un mensaje en Twitter es de 140, los mismos que los de un mensaje SMS standard. Y en esas fechas, aunque ya se comercializaban smartphones en España, las tarifas de envío de datos mediante teléfono móvil eran prohibitivas, por lo que gastarse los cuartos arriesgandose a que a final de mes te exigieran tu bazo como pago a la factura no compensaba en absoluto el uso de la red social que nos ocupa.

Pero ocurrieron dos cosas que, además, sucedieron de manera simultánea. Por un lado, y de manera indirecta, las compañías telefónicas comenzaron a comercializar tarifas planas de conexión a Internet. Esto, al principio, lo único que hizo fue incentivar la venta de teléfonos inteligentes, pero sentó las bases a lo que vendría después. Y lo que vino después, que fue el verdadero boom y redescubrimiento de Twitter, fue que a las celebrities de medio mundo les dio por empezar a usarlo para narrar en directo sus venturas y desventuras. Y, como dice la película, se armó el Belén.

Primero, porque la gente es muy cotilla y muy maruja aunque luego digan lo contrario, y hubo muchísimas personas que corrieron a abrirse cuentas en Twitter para enterarse de primera mano de todo lo que decía tal o cual famoso, famosillo, o mero famosete. Porque lo que decían les parecía de lo más interesante, aunque 140 carácteres, como se puede imaginar uno, no dierann para mucho. Y ya lo que terminó de crear el Twitter que todos conocemos hoy en día fue cuando, todas esas personas que se crearon una cuenta para marujear, pensaron a la vez "si lo que dicen los demás es interesante, lo mío también".

A partir de aquí empezó una avalancha, primero, de gente que vendía su intimidad por el plato de lentejas que es el molar más que nadie y tener más followers que ningún otro usuario. Luego vinieron, precisamente, aquellos que, pensando que Twitter era la evolución de Facebook, empezaron a usarlo como tal. También estaban, y están, los que lo usan para comunicarse con sus amigos, sin recordar, aparentemente, que es mucho más fácil, rápido y eficaz una simple llamada de teléfono... y, finalmente, y como he dicho antes, los que usan la red del pajarito para sentar cátedra sobre todos los problemas de la humanidad. Todo lo que dicen, en parte porque son victimas inconscientes de la propia naturaleza de la red, son verdades absolutas e irrefutables. En definitiva, lo que dije al principio: Todos somos listísimos y todo lo que decimos es interesantísimo de la muerte... cuando, en realidad, lo pequeño del mensaje a enviar hace que lo que se publique no sean más que tonterías a medias a las que le falta los mínimos más básicos para que se considere como un mensaje de pleno derecho.

Y como todo en esta vida, dicha red ha creado su propio microcosmos, en el que un unfollow es más sangrante incluso que le digan a uno de todo en un mensaje. O, al menos, eso es lo que muchos parecen pensar. Mención especial al respecto merece lo que le ocurrió a Arturo Pérez-Reverte el fin de semana pasado durante su habitual comparecencia dominical en esta red, cuando ironizando sobre la actualidad de Cataluña y España, y coincidiendo con el partido de fútbol FC Barcelona - Real Madrid, vi como varios usuarios lo amenazaban con el unfollow por las ironías no entendidas que iba publicando. Como si a un escritor, o mejor dicho, a cualquier persona medianamente cuerda y con dos dedos de frente, pudiera importarle lo más mínimo que alguien que no conoce absolutamente de nada deje de seguir sus andanzas por Twitter.

Es posible que muchos de vosotros digáis "sí, tú estás rajando de twitter, pero bien que tienes una cuenta y bien que la usas". Cierto, y en parte, por eso mismo puedo escribir este artículo, ya que no he escrito sino lo que he estado observando durante el año aproximado que llevo usando esta red. Y espero seguir usándola, y no abusándo de ella, durante algún tiempo más. Al menos, mientras no me aburran las tonterías que suelen verse a diario y siga sirviéndome para mis intereses. Que, a fin de cuentas, esa es la finalidad de toda herramienta. Que sirva para algo.

14 de septiembre de 2012

Lecciones de Mitología (II) - El caso Loki

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Hoy os presento una nueva lección de mitología. En particular, de la mitología nórdica/vikinga. Una historia, en este caso, sobre el dios Loki, ya que tras charlar el otro día con una amiga, muy fan ella de dicho dios desde que vio la película Los Vengadores, me entraron las ganas de compartirla también con vosotros.

Antes de nada, decir que los parecidos entre la mitología "real" y la que aparece en la película son meras coincidencias, ya que Marvel, a la hora de crear el comic Thor, cogió los nombres, algunos trasfondos y poco más. Baste decir que, en la película Thor, éste y Loki son hermanos y ambos hijos de Odín, cuando, en realidad, Loki era hermanastro del propio Odín ya que era mestizo de dios y de gigante.

Pues bien, la historia que os voy a narrar es la siguiente: Un día, los dioses estaban preocupados porque Asgard no tenía protección alguna. Ni murallas ni nada. Hasta una vaca podría invadir el reino, si lo quisiera.

En esto, llegó un jinete ofreciéndose para levantar una señora muralla que rodeara toda la ciudad. Dijo, además, que sería capaz de construir las murallas en tan sólo 16 meses. A cambio por su trabajo, "tan sólo" pedía el Sol, la Luna y la mano de la diosa Freya. Los dioses se escandalizaron ante unas peticiones tan descabelladas, y poco faltó para que Thor le dejara incrustado a Mjolnir en la cara al visitante. Sin embargo, Loki, tras pedir un poco de calma, les dijo:

- Si logras construir las murallas en seis meses, trato hecho.

Y, volviéndose a hablar con los demás dioses, Loki les dijo:


- Sinceramente, no creo que este constructor sea capaz de hacer lo que dice. Es más, en seis meses no creo ni que haya llegado a la mitad, así que propongo que le dejemos hacer. Total, como digo, no creo que termine a tiempo, así que por lo menos ya tendremos algo de trabajo adelantado, y no necesitaremos pagarle porque no habría terminado a tiempo.

Los demás dioses se mostraron conformes con lo que Loki les había expuesto, y dieron permiso al viajante para que comenzara la obra. También le avisaron que, si no cumplía con lo prometido, no sólo no se le pagaría sino que, además, sufriría las consecuencias por haberse atrevido a pedir la mano de una diosa. El extranjero aceptó, con la condición de que pudiera ayudarse de su caballo, a lo que los dioses también accedieron.

El constructor se puso manos a la obra. Y vaya si se puso. Estuvo trabajando todo el invierno y, cuando estaba a punto de llegar el verano, la muralla ya estaba casi terminada. Los dioses no podían creer lo que veían. El constructor iba a terminar la muralla a tiempo, por lo que, no sólo tendrían que darle el Sol y la Luna, sino que tendrían que ver cómo una diosa se desposaba con un simple mortal a cambio de un simple trabajo de albañilería. La pobre Freya no paraba de llorar día y noche. Así que Odín, preocupado como no lo había estado nunca antes, fue a hablar con Loki.

- Así que no tendría la muralla terminada a tiempo, ¿no? ¡Este simple mortal está a punto de terminarla! ¡Y vamos a tener que ceder a sus peticiones! ¡Tú nos metiste en este problema, así que sácanos tú de él!

Loki también estaba preocupado, claro. La idea y el consejo habían sido suyos, y no quería ni pensar en las consecuencias que podría tener todo aquello. Así que se puso a pensar en alguna manera de evitar el desastre. Pensó y pensó hasta que se dio cuenta de un detalle fundamental. El caballo del albañil. Sin él, estaba seguro que el trabajador no sería capaz de cumplir con el plazo, así que esa misma noche adoptó la forma de una yegua, haciendo que el caballo del constructor lo siguiera para que no pudiera usarlo al día siguiente.

Y así fue. Al día siguiente, cuando el constructor, que se las prometía felices porque iba a terminar a tiempo, vio que su caballo había desaparecido y que no podría terminar sin él, montó en cólera haciendo que se revelara su verdadera identidad, ya que se trataba de un gigante disfrazado de humano. Al verlo, Thor no dudo ni un instante en desapacharlo por la vía rápida de un mazazo.

Cuando pasó el tiempo suficiente como para que no resultara peligroso, Loki volvió a Asgard aun convertido en yegua y preñado del caballo del constructor. dando a luz poco después a Sleipnir, un formidable y extraño caballo de ocho patas que ofreció como presente a Odín para pedirle disculpas.

- Ningún caballo será nunca tan veloz como éste.- Le dijo.- Te llevará a todas partes, incluso a la Tierra de los Muertos y te traerá de vuelta, y te será siempre fiel.

Y así fue, ya que Sleipnir nunca falló a su nuevo amo

9 de septiembre de 2012

Lecciones de Historia (III) - La Conquista de Navarra

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Otra lección de Historia más, y otra referida al antiguo Reino de Navarra. Y es que la historia de este pequeño reino a caballo entre Francia y España, que vivió sus días de mayor gloria en la Edad Media, con sus idas y venidas, esplendores y crisis, es digna de bardos y trovadores. Alianzas imposibles, traiciones, glorias, intrigas en la corte... Todo reconcentrado en un reino que, en su momento de mayor expansión, abarcaba desde las tierras de Burgos y Cantabria al oeste; hasta los condados pirenaicos que fueron el germen de la Corona de Aragón, al este.

Además, y como comenté hace seis post, este año se celebra, también, el Quinto Centenario del final de dicho reino. O, al menos, del final de su independencia con la conquista del mismo por parte tropas castellano-aragonesas al mando de Fernando II el Católico en 1512, y la consiguiente incorporación a sus territorios.

Por supuesto, un hecho de tal relevancia no se da de la noche a la mañana. La decadencia que abocó en dicha conquista comenzó mucho antes. Tanto la Corona de Castilla como la Corona de Aragón llevaban años mirando con deseo y conspirando para hacerse con un reino que llevaba años debilitado y en crisis, debido a la guerra civil que, desde el año 1451 debido a la fallida sucesión de Carlos, Príncipe de Viana, a quien cuyo padre, Juan II, negó la legitimidad de sus derechos,  venía royendo los huesos del reino. En este aspecto era especialmente elocuente el lema que el Príncipe de Viana llevaba en su blasón: "Utrinque Roditur", o lo que es lo mismo, "Por todas partes me roen".

Así se encontraba Navarra a comienzos del Siglo XVI, y este fue el momento en que Fernando el Católico, ya al mando de los reinos de Castilla y Aragón y de sus respectivos ejércitos tras la muerte de Isabel, aprovechó para llevar a cabo la movilización militar. Por un lado, Fernando dispuso a unos 20.000 soldados entre infantería, caballería y artillería en tierras de Vitoria al mando del II Duque de Alba para penetrar desde el oeste el día 19 de julio, acompañado además del Conde de Lerín, líder de los Beaumonteses, lo que propició que la penetración hasta Pamplona se hiciera en muy poco tiempo. La capital del reino, en aquellas fechas, no era todavía la fortaleza en la que se convertiría con el tiempo. De hecho, ni siquiera contaba con artillería para poder defenderse, y los propios edificios eran los que conformaban las murallas de la misma. Además, ésta se vio asediada por unos 16.000 soldados, mientras que su población apenas sí llegaba a los 10.000 habitantes. Ante este panorama, la ciudad se rendía 6 días después de que las tropas castellanas hubieran penetrado en el reino. El, por entonces, rey de Navarra, Juan III de Albret, intentó reorganizar las tropas del reino y plantear una resistencia, pero ya era demasiado tarde. Se reagrupó con sus tropas en Lumbier y se replegó a los territorios del Bearn.

Con la rendición de la capital, se procedió a enviar emisarios a las ciudades importantes del reino invitándolas a seguir el mismo camino. Viendo la situación, la mayoría optaron por rendirse a su vez. Sin embargo, Tudela, Estella, San Juan de Pie de Puerto y Maya se negaron a capitular. La primera de ellas fue la que concentró los esfuerzos de los invasores, al tratarse de la segunda ciudad en importancia del reino, teniendo que capitular el 9 de septiembre, mientras el resto de las tropas castellanas atravesaban los Pirineos y atacaban la Baja Navarra, conquistándola el día 10. Sin embargo, las tropas castellanas no tardaron en retirarse de la zona, debido en gran parte a los impagos y a la falta de víveres.

Tras la conquista, sin embargo, se intentó reconquistar el reino de Navarra hasta en tres ocasiones: En 1512, en un intento de contraataque dirigido por Juan III de Albret y Catalina de Foix; en 1516 a la muerte de Fernando II, también por parte de Juan III; y en 1521, por parte de Enrique II de Navarra, que se enfrentó a Carlos I por el control del reino, primero mediante la diplomacia y, a partir de ese año, mediante el uso de la fuerza. En este caso sí se consiguió reconquistar el reino, en un tiempo, además, mucho más breve del que necesitó Fernando II para conquistarlo. Sin embargo, el contraataque imperial de Carlos I fue igual de contundente, lo que provocó el repliegue y rendición de las tropas franconavarras. Tras esto se sucedieron una serie de ataques, contraataques y escaramuzas que duraron otro año más, pero el destino de Navarra ya estaba más que escrito. A partir de ese momento, el título de Rey de Navarra quedó para siempre ligado a la dinastía de los reyes de España, hasta que, en 1841 perdió definitivamente la condición de Reino, convirtiéndose en provincia diferenciada dentro del Reino de España.

1 de septiembre de 2012

No compres, ¡ADOPTA!

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Hoy me gustaría hacer un alegato en favor de la adopción de animales de compañía (perros y gatos en general) y en contra de la venta de los mismos. Porque motivos hay tantos como se quieran, aunque otra cosa es que muchas veces prefieran ignorarse.

Por ejemplo, ¿Por qué es mejor adoptar que comprar? Pues para empezar, y aunque sea una frivolidad, porque es más barato. Si compras un perro en una tienda "de toda la vida", dependiendo de la raza de la que estemos hablando, te gastarás una media de 600€ (céntimo arriba, céntimo) sólo por comprarlo. Todo lo que le hagas después, son añadidos adicionales. Añadidos que deben hacerse, como vacunar al animal y, lo más importante, ponerle el chip. Cosas que, entre unas cosas y otras, pueden suponer unos 70 ó 100€ adicionales (porque no, por mucho que compres, no vienen necesariamente documentados). Pues bien, si adoptas un perro de una protectora, el único gasto que vas a tener que efectuar es, precisamente, el del chipeo y el de las vacunas. Lo dicho, unos 70 o 100€ frente a los 600 o más que supone comprarlo.

Luego está el que piensa que, bueno, sí, me gasto 600€, pero al menos sé que mi perro es de raza, o es un cachorro y así lo tengo desde pequeño en la familia, o estará más sano que una lechuga; y en una protectora sólo hay chuchetes medio muertos y con más años que Matusalén. Esto es completamente falso. Entre camadas inesperadas por "descuidos", camadas que no se han podido vender o, directamente, que no se han sabido vender, nos encontramos con que en las perreras/protectoras también hay un montón de cachorros de raza esperando su oportunidad. Yo he llegado a ver fotos de camadas enteras de galgos en una protectora simplemente porque una galga había parido... y su dueño no los quería para nada, por lo que los había abandonado. Y quien habla de galgos, habla de labradores, de cockers, de beagles... vamos, chuchos todos. Además, y yo esto lo he vivido de primera mano, el último perro que se compró (y se comprará jamás) en mi entorno llegó devorado por las pulgas. Todo un ejemplo de calidad unida al precio, vamos. Además, los únicos a los que les importa que el perro sea de raza es al dueño, ya que al perro en sí mismo le da exactamente igual, lo que lo convierte en toda una muestra de egoísmo puro y duro.

Respecto al tema de las razas, no se me escapa el caso especialmente sangrante de los yorkshire. Hubo una época en la que se pusieron de moda, porque eran bonitos, tenían el pelo largo y se podía jugar a las muñecas con ellos, eran pequeñitos y, por lo tanto, ideales para tenerlos en una casa pequeña o un piso... Y se compraron un montón. Hasta que la gente empezó a darse cuenta que, en realidad, los yorkshire son unos perros terriblemente territoriales y, en consecuencia, ariscos a más no poder. Obviamente, una señora mayor a la que el yorkshire le hace compañía no lo va a abandonar (muchas veces los cuidan mejor de lo que se cuidan a sí mismas), pero una persona más joven no tiene los mismos miramientos... lo que ha acabado derivando en que las perreras/protectoras estén llenas de yorkshires. Ejemplo claro de que perro en perrera no implica, necesariamente, que sea un chucho.

Ahora viene la parte emocional. Y es que, como he mencionado antes, los perros de las perreras han sido en su mayoría víctimas del abandono, cuando no directamente de abusos y malos tratos. Y son animales, a fin de cuentas, que lo único que necesitan es la compañía a la que han estado acostumbrados toda su vida. O incluso que, directamente, no conocen y ya sólo por eso merecen tener. La compañía de un ser humano que los cuide y los acompañe. Que se les de otra oportunidad de formar parte de una familia que los quiera y los respete. Porque, a fin de cuentas, todo perro acaba formando parte de la familia en la que se encuentra, o al menos así lo veo yo, ya que un perro, como animal que es, es un ser dinámico que se mueve e interactúa con su entorno. No es una maceta que baste con ser regada una vez al día y, por lo tanto, acabas relacionándote con él (o ella). 

Además, los eslabones de la cadena de las perreras funciona así: cuando un perro llega a una perrera, por regla general, se le sacrifica a los 10 días de llegar si nadie lo reclama. Os puede parecer una barbaridad, pero es así. Perros se abandonan todos los días, y la ley establece el sacrificio del animal en un plazo de 10 días a su llegada a la perrera, entre otras cosas porque la función de las mismas no es la de ser residencias caninas precisamente, si no un método de control y contención de animales. Es aquí donde intervienen las protectoras. Los miembros de las protectoras (voluntarios en la inmensa mayoría de los casos) visitan diariamente las perreras y reclaman cuantos perros puedan para evitar su sacrificio. Los recogen y, en el mejor de los casos, los llevan hasta el recinto que disponga dicha protectora. Insisto, en el mejor de los casos, ya que muchas veces, al tratarse de un trabajo puramente voluntario, no tienen recinto al que llevarlo y se lo tienen que quedar de acogida en sus propias casas hasta que aparezca un adoptante. Y, como he dicho antes, a las perreras llegan perros todos los días. Todos. Lo que hace que, en la mayoría de los casos, las protectoras y sus voluntarios vivan desbordados y al límite de sus posibilidades. Para que nos entendamos, las protectoras están salvándole, diariamente, la vida a un montón de perros que lo único que quieren es vivir en familia.

En fin, como he dicho al principio, motivos para adoptar perros en lugar de comprarlos hay tantos como se quiera encontrar. Pero eso sí, no me gustaría terminar sin matizar un poco todo este asunto. Adoptar siempre es bueno, sin distinción. Pero a ver, también hay que ser responsable. Empezando por el hecho de que tener un perro es, a fin de cuentas, como tener un niño pequeño en casa. Te va a robar tiempo, te va a romper cosas, te va a costar dinero... lo dicho, como un niño pequeño de unos dos o tres años. Y todo esto es algo que debe tenerse en cuenta, ya que de nada sirve que adoptes un perro... si luego lo vas a volver a abandonar o devolver a la protectora "porque es un coñazo que no me deja tiempo para nada". En resumen, adoptar siempre está bien, y siempre es mejor que comprar, pero de nada sirve si se hace a toda costa y sin la responsabilidad que estos seres se merecen.

20 de agosto de 2012

Al César lo que es del César

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Después de un lapso de dos semanas sin postear algo, vuelvo a las andadas. Esta vez no se ha tratado de falta de inspiración (aunque reconozco que algo sí que ha habido, aunque no haya sido lo principal), si no más bien de una visita de una semana de mis padres. Y como que no es plan.

Pero bueno, a pesar de lo que pueda parecer, y tras rimbombante título, esta vez toca hablar de cine. Y, más en particular, de Avatar. Sólo espero que, después de este post, no empiece a encontrarme gente en la puerta de casa con sogas, horcas y antorchas. Y es que mucho me temo que este post no vaya a gustar demasiado a los fans de Pandora.

Veréis, yo fui a ver Avatar al cine cuando se estrenó, y debo reconocer que salí de la sala emocionado y deseando ser un Na'vi. Más o menos, como la inmensa mayoría de los que han visto dicha película (más aun si fue en 3D como fue mi caso). Pero conforme pasaron los días, la emoción inicial fue dando paso a una revisión más calmada sobre lo que acababa de ver.

Es cierto, en el apartado técnico, Avatar es sublime. Ahí no tengo ninguna queja en absoluto. Y cumple muy bien como película de Ciencia-Ficción, ya que nos muestra un mundo futuro (amén de otro extraterrestre) con todos sus -posibles- adelantos. Mención especial me merece el apartado bélico. Los helicópteros ("escorpiones") y, sobre todo, las armaduras de combate, me maravillaron por completo. Y como he dicho antes, si encima la veías en 3D, pues ya era el acabose. No es para menos, ya que fue la película que hizo estallar la fiebre del 3D (y creo que le tengo cierta manía precisamente por esto mismo, aunque eso ya es harina de otro costal), se hizo íntegramente en 3D y consiguió que cualquier sala de cine que se preciara, instalara un proyector con dicha tecnología para poder proyectarla. Hasta ahí, todo bien. Todo sea por el progreso. Viva el progreso.

Pero, como suele decirse, no todo el monte es orégano. Y todo lo que a Avatar le sobra de tecnológico... le falta de guión. Puntualizaré esto, porque tampoco es que el guión se malo. Sencillamente, es que es muy simple. Dicen que James Cameron tenía esta película en mente desde que tenía 16 años... y se nota. Porque toda la película puede resumirse en "Los humanos son muy malos y los na'vi son muy, pero que MUY buenos. Pobrecicos ellos". Amén que, si te paras a pensarlo y a meditarlo, la historia, los personajes, y el desarrollo de la misma, recuerda muchísimo a cierta película de Disney Studios (sólo que sin canciones). O lo que es lo mismo: La película/historia que podría escribir un chaval de 16 años (esto no quiere decir que las películas de Disney las escriban chavales de 16 años, es simplemente que están hechas para otro público). 

Esto, a priori, no tiene por qué ser malo. A fin de cuentas, la misión última de una película es la de entretener. Ni más ni menos. Y si entretiene o, por lo menos, logra el cometido de su género (que te rías si es comedia; que te asustes si es de terror; etc.), pues perfecto. Aquí paz y después Gloria. El problema con Avatar ha sido, y es, esa entronización como Noveno Arte en sí mismo. Cuando se dice que Avatar es buenísima, de las mejores películas que se han rodado jamás. Una obra maestra. Y esto, señores, sí que no. Por aquí sí que no paso. Ni mucho menos. Precisamente porque para que una película sea considerada como "Obra Maestra" tiene que ser perfecta en todos sus aspectos. Si falla sólo uno de dichos aspectos, lo siento mucho pero se le podrá clasificar de cualquier manera menos de "perfecta".

Pues bien. Todo esto lo pensaba yo cuando se estrenó la película, y de eso hace ya tres años. Y me gané una serie de buenas broncas por decir esto mismo, por poner en tela de juicio la perfección de Avatar, como si de un hereje medieval se tratara. Bueno, pues hoy he vuelto a verla y me reafirmo en todos y cada uno de los puntos expuestos más arriba. Y aun es más, le añado otro "pero". Toda película que se precie de ser considerada como "obra maestra" debe tener el don de los buenos vinos, es decir, el de envejecer bien. Esto, en una película, se traduce en que dicha cinta sea capaz de transmitirte, siempre que la veas, las mismas emociones que te transmitió la primera vez que la viste. Y en este aspecto, a mí, personalmente, me parece que cuanto más se ve Avatar, menos impresiona. Pero claro, esto es algo totalmente subjetivo.

En fin, y resumiendo un poco: Avatar está bien, es una película buena que te hace pasar un rato más que entretenido. Pero eso sí, no os dejéis engañar por toda esa pléyade de fans acérrimos que os vengan diciendo lo magistral y maravillosa que es.

Y, por supuesto, que en última instancia, la única opinión que cuenta es la propia. Yo aconsejo a todo aquel que aun no la haya visto que le de una oportunidad. Si no le gusta, será por muchos motivos, pero no creo que sea por falta de calidad.


Pd.- Si alguien se ha molestado en echar las cuentas, he mencionado a esta película como noveno arte... y si el cine es el Séptimo, ¿Dónde está el Octavo? Lo videojuegos, queridos camaradas. Los videojuegos.

5 de agosto de 2012

El rancho (Recetas - I)

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Hoy no estoy yo muy inspirado, así que aprovecho y empiezo con otra sección que tenía en mente: recetas de cocina, y así aprovecho otra de mis aficiones, que es la de meterme entre fogones y probar a hacer recetas. Y que salga lo que salga. Y como todo soldado de infantería necesita alimentarse para estar fuerte y preparado para la batalla del día a día, aquí os pongo un plato típico de mi pueblo llamado Pebre, que se prepara principalmente los días de fiesta, pero que por su simpleza, puede prepararse en cualquier momento.

Los ingredientes (por persona) son:
-Cabezada de lomo de cerdo (unos 200 gramos, dependiendo del saque que tengas)
-Tomate triturado (una lata de 200ml)
-Cebolla (media, más o menos)
-Pimiento verde (mínimo uno)
-Pimiento rojo asado (un bote pequeño)
-Aceite de oliva 
-Ajo (uno)
-Sal (al gusto)
-Pan

Preparacion:
Se pica la cebolla y el pimiento, y se saltean en una sartén con el aceite hasta que se poche la cebolla. Aparte, en una olla, se pone la carne de cerdo, que tiene que estar cortada en taquitos no muy grandes. Se sofríe un poco, lo justo para que se cierre la carne por fuera. Cuando la carne y la verdura estén listas, se ponen juntas en la olla, se le echa el ajo laminado, y se remueve un poco para que quede todo bien mezclado. Se espera a que se caliente un poco y se echa la lata de tomate. Se deja cocer todo a fuego lento y, cuando empiece a hervir, se le echa el pimiento rojo. Se espera a que el tomate dé otro hervor y, a partir de ahí, se deja el tiempo que se estime necesario... o al gusto de como se quiera la carne. Cuanto más tiempo esté hirviendo con el tomate, la carne estará más tierna y tendrá mejor sabor.

Como se puede apreciar, no es una receta muy complicada, y sin embargo, es más que resultona. Obviamente, no es un plato para poner en una mesa de cinco tenedores, ni para darte un banquetazo, pero para sacarte de un aprieto cuando se tenga un día tonto, viene que ni pintada. ¡Que aproveche!


Pd.- ¿Y el pan? Pues el pan, para untar el tomate, que con la cebollita y el pimiento rojo, está de muerte.

31 de julio de 2012

¡3x1!

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¡Que estamos que lo tiramos! Esto es lo que ha debido pensar Peter Jackson cuando decidió que El Hobbit sería una trilogía.

Yo ya llevaba un tiempo con la mosca de los rumores detrás de la oreja. Que si ahora son tres; que si ahora no, que son dos, pero con material para versiones extendidas; ahora otra vez que sí; ahora otra vez que no, que se trata de una noticia malinterpretada... Y ahora nos viene, de nuevo en teoría, el padre de la criatura para decirnos que, efectivamente, van a ser tres partes.

Y ahora es cuando yo me quedo cortado por la mitad. Porque, por un lado, mi vena de tolkiendili enfermizo se regodea ante la noticia de tres nuevas películas del universo creado por El Profesor, al igual que pasó cuando me enteré que, después de largos años, habrían de rodar El Señor de los Anillos (ESDLA, para abreviar); pero, por el otro lado, está mi vena de tolkiendili purista y escéptico, y es esta la que me hace formularme la pregunta más evidente:

¿Cómo diantres se han planteado una trilogía de un libro de 360 páginas?

Porque vale, con ESDLA tenía toda su lógica: tres libros, tres películas. Matemáticas puras y duras. Y si encima, cada uno de los volúmenes de dicha trilogía, por separado, son más gordos (en páginas) que El Hobbit, pues blanco y en botella. Pero es que, además, se da la curiosa circunstancia que en ESDLA tuvieron que tragarse escenas enteras de los libros (los más puristas nunca perdonarán a Jackson que no incluyera a Tom Bomadil dentro de la trilogía) en pro de la continuidad del relato... y de las horas de proyección. Y yo fui el primero que dijo que estaba totalmente justificado, que si se incluía a Tom, teníamos una Comunidad del Anillo de 5 horas tirando cortos. Y lo mismo hubiera pasado con Las Dos Torres y con El Retorno del Rey. Hasta aquí, todo perfecto. Sobre todo, porque eran todos los que estaban, y estaban todos los que eran (bueno, casi todos).

Pero ahora nos encontramos con un caso totalmente inverso. Ya de momento, se han sacado a un personaje de la manga (la famosa Tauriel, que no aparece por ningún lado en ninguna parte), y han cogido a otros que, si bien existen dentro de la Tierra Media en la época en la que se desarrolla la acción, no aparecen para nada en las aventuras de Bilbo (como Galadriel, por ejemplo). Y que, por mucho que digan que han cogido material de los Apéndices de El Señor de los Anillos (donde se explican muchas cosas relacionadas con la historia del Anillo, desde mucho antes de que Bilbo lo encontrara hasta que Frodo lo destruye, que no se explican en ninguno de los dos libros), sigo sin saber de dónde van a sacar tantísimo material como para hacer tres películas.

A no ser que hagan tres películas de hora y media y se queden tan panchos...

Y porque, además, y poniéndonos ya estrictamente técnicos, si la primera parte, que se llama Un Viaje Inesperado, termina donde termina (no propagaré el spoiler con patas que me comí hace dos semanas), y la siguiente Una Ida y una Vuelta (There and Back Again), dando a entender que, efectivamente, ahí acaba la cosa... ¿Qué nombre le van a poner a la tercera? ¿O la pondrán en medio?

En fin, lo peor de todo esto es que, hasta que no se estrene, como mínimo, la primera parte (14 de diciembre del presente año, aquí en España), no se sabrá todavía nada por cierto.

Y lo peor es que, para entonces, el IVA ya habrá subido y nos encontraremos las entradas simples a 10€... yuhu.



Pd.- Dicho lo cual, y con lo celoso que es Christopher Tolkien de la obra de su padre... ¿Cómo ha consentido esto? ¿Cuántos ceros tenía ese cheque?

22 de julio de 2012

Homenaje a Tesla

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No seré yo, debido a este post, quien diga ahora que yo he admirado e idolatrado a Nikola Tesla desde siempre, de toda la vida de Dios. Es más, podría decir que, debido a mis estudios, siempre le he tenido una especie de tirria, incluso hasta el punto de llegar a cogerle una cierta manía.

Pero es que fue ver cierta imagen en Internet, y cambiar mi opinión de él completamente. Ya no sólo por descubrir que fue el primer y más gran friki que haya podido existir en el mundo, sino porque su aportación al mundo, con sus numerosos inventos y/o descubrimientos, fue esencial para que podamos vivir con las comodidades con las que vivimos hoy en día. Y sobre todo, con la tecnología de que disponemos hoy en día.

En fin, os traduzco la imagen (está en inglés) y así, de paso, practico un poco mi inglés. Eso sí, está todo en clave de humor, así que tampoco os lo toméis tan al pie de la letra, así que... ¡Allé voy!

Por qué Nikola Tesla fue el friki más grande que jamás haya vivido.

Los frikis se quedan despiertos hasta altas horas de la noche desmontando cosas para volver a montarlas después, pero añadiéndoles nuevas funciones. Arreglan y mejoran cosas... que no están rotas. Dejan el mundo a un lado porque están demasiado ocupados soldando piezas para crear uno nuevo. Se obsesionan y, en muchos casos, sufren. Hace algo más de 100 años, un inventor serbo-americano llamado Nikola Tesla comenzó a arreglar cosas... que no estaba rotas.

En una época en la que la mayor parte del mundo aun estaba iluminada con velas, se inventó un sistema eléctrico conocido como corriente alterna que, a día de hoy, sigue dando energía a todos los hogares del mundo.

¿A quién tenemos que agradecer el invento que nos impulsó a una segunda Revolución Industrial? A Nikola Tesla.

"¡Pero yo pensaba que el padre de la Era Eléctrica fue Edison!" Puede pensar casi cualquier persona en el mundo. Pues no. Fue Tesla.

Cuando la gente piensa en Thomas Edison, piensan en él como el hombre que inventó la bombilla. Pero Edison no inventó la bombilla, lo que hizo fue mejorar las ideas y diseños de otros hombres que comenzaron a desarrollarla antes que él. Lo que hizo Edison en realidad fue imaginarse cómo vender la bombilla. En realidad, Tesla comenzó su carrera trabajando para Edison. Este se ofreció a pagarle el equivalente moderno de $1.000.000 para que solucionara una serie de problemas que estaba encontrando en sus motores y generadores de corriente continua. Tesla encontró y arregló dichos problemas, y cuando le exigió a Edison el dinero prometido, este se rió de él mientras le decía "es que no entiendes el sentido del humor americano"

Edison es el mejor ejemplo de alguien no-friki dentro del terreno friki. Él pensaba que el valor de sus inventos se medía por cuánto dinero se podía sacar por ellos. Nunca fue un matemático ni un científico. Él simplemente creía que podía contratar a gente para que hiciera esas investigaciones por él. Por lo tanto, Edison no era inventor, era un Director Ejecutivo. Tesla se hizo famoso por descubrir cosas asombrosas... y de olvidarse de anotarlas después. Sin embargo, a Edison se lo conoce por correr a la oficina de patentes en cuanto alguno de sus empleados tenía algo.

Tras su desencuentro con Edison, Tesla comenzó a desarrollar su sistema de tensión de Corriente Alterna, lo que le creó una fuerte enemistad con su anterior jefe, quien, por aquel entonces, estaba intentando vender al mundo su sistema de Corriente Continua. Dicho sistema requería de una central eléctrica por cada milla cuadrada, y no podía emitir su energía a largas distancias. Por contra, el sistema de Tesla usaba cables más finos y permitía voltajes más altos, lo que posibilitaba enviar dicha energía a distancias mucho mayores. Así pues, ¿Qué hizo Edison? Pues resultó que las familias que vivían cerca del laboratorio de Edison comenzaron a echar en falta sus mascotas, porque este había estado pagando 25 centavos a varios niños por cada perro o gato vivo que le llevaran. Él cogía estos perros y gatos y los electrocutaba públicamente usando la Corriente Alterna de Tesla, con el fin de dar mala prensa a dicho sistema, diciendo que era muy peligroso para el uso doméstico.

En resumen, en lo único en lo que Edison fue un auténtico pionero fue en tocar los huevos.

¿Alguna vez has oído hablar de un tal Marconi? Ganó el Premio Nobel de Física por inventar la Radio. Pero, ¿Sabías que todo su trabajo se basó en el que anteriormente había hecho Tesla? Después de que Marconi se hiciera famoso a nivel mundial por enviar la primera transmisión transatlántica, la respuesta de Tesla fue "Marconi es un buen compañero. Dejadle seguir así. Está usando diecisiete de mis patentes". Simple y llanamente: Tesla. Fue. El mejor. Inventor. De la Historia.

¿Has oído hablar del RADAR? Se supone que el científico británico llamado Watson-Watt lo desarrolló en 1935. ¿A que no sabes quién tuvo la misma idea en 1917 (18 años antes que Watt)? Nikola Tesla, quien envió el proyecto a la Marina de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, cuando los submarinos alemanes no dejaban de dar por culo a los aliados. Desgraciadamente, por aquel entonces el director de I+D de la Marina de los Estados Unidos era Edison, quien logró convencerles que aquella tecnología no tendría ninguna utilidad en el campo de batalla. ¡Buen trabajo, Edison! Maldito capullo, ojala que un torpedo nazi le diera a alguno de tus nietos en toda la boca.

Wilhem Rontgen es, por lo general, a quien se atribuye el descubrimiento de los Rayos X. ¿Te imaginas qué inventor de mostacho perfecto tuvo antes la misma idea y no se le concedió el crédito que se merecía? Nikola-Cojones-Tesla. Es más, cuando se descubrieron los Rayos X, se creía que eran capaces de curar la ceguera y otras enfermedades. Tesla advirtió lo peligrosos que éstos podían llegar a ser, y se negó a llevar a cabo experimentos médicos con ellos. Por contra, Edison, que no dejaba pasar la oportunidad de estar presente en todos los saraos, se lanzó a la experimentación con Rayos X en seres humanos. Uno de sus empleados, Clarence Dally, fue sometido a tantísima radiación que tuvieron que amputarle los brazos para que pudiera salvar la vida, lo cual no sirvió de nada porque acabó muriendo de cáncer. Además de matar a su ayudante, Edison estuvo a punto de cegarse a sí mismo tras exponer sus ojos repetidas veces a los Rayos X. Cuando, tiempo después, se le preguntó por dichos rayos, Edison contestó: "No me hable de los Rayos X, les tengo pavor" (1903). Menudo pedazo de idiota.

¿Alguna vez te has preguntado quién construyó la primera central hidroeléctrica del mundo en las Cataratas del Niágara, demostrando al mundo que era una gran fuente de energía? Nikola Tesla. ¿Quién experimentó la Ingeniería Criogénica casi medio siglo antes de su invención? Tesla. ¿Quién tenía patentes que, después de más de cien años, sirvieron para crear los transistores? Tesla. ¿Quién fue la primera persona que grabó ondas de radio del espacio exterior, convirtiéndolo en el padre de la radioastronomía? Tesla. ¿Quién descubrió la Frecuencia Resonante de la Tierra? Tesla. ¿Quién inventó una Máquina de Terremotos que casi destruye un barrio entero de Nueva York cuando la puso en marcha? Tesla.

¿Alguna vez has oído hablar de una bola de rayo? Es un rayo que aparece en forma esférica que se desplaza lentamente a cierta altura del suelo. Es un fenómeno extremadamente raro, y aun a día de hoy, los científicos no han podido reproducirlo con éxito en un laboratorio. Bueno, excepto cuando Tesla lo hizo en el suyo en la década de 1890. ¿Quién inventó el mando a distancia? Tesla. ¿Las luces de neón? Tesla. ¿El motor eléctrico moderno? Tesla. ¿Las comunicaciones inalámbricas? Tesla.

¿Sabías que si necesitas energía en tu casa, podrías cogerla directamente desde la ionosfera, cargándolo todo de manera inalámbrica? Por supuesto, esto es algo que Tesla ya inventó, pero no lo compartió con el mundo por miedo de que algún cretino sin inspiración le robara la patente.

En definitiva, Tesla era un verdadero genio. Hablaba ocho idiomas (serbio, inglés, checo, alemán, francés, húngaro, italiano y latín... y la mayoría de nosotros sólo hablamos uno, y encima, mal). Podía memorizar libros enteros y recitarlos a voluntad. Podía imaginarse aparatos enteros en su cabeza y después construirlos sin tan siquiera hacer una anotación. Y lo que es más sorprendente, es que vivió hasta los 86 años, manteniéndose célibe toda su vida, a pesar de que medía 2 metros, lo que en 1890 lo convertía en todo un sex symbol para las mujeres, dejando todo "ese" tema al margen... porque le quitaba tiempo de su trabajo.

Así pues, con una mente tan increíble y con tantísimas patentes a sus espaldas, Tesla debió morir siendo rico y famoso, ¿verdad? Desgraciadamente, no. A Tesla le tocó vivir en una época en la que el mundo exigía resultados que fueran prácticos y rentables. ¿A quién le importaba la radioastronomía? A nadie, porque nosotros sólo quisimos bombillas y tostadoras. Las contribuciones de Tesla no fueron meramente incrementales, sino que fueron revolucionarias.

Uno de los últimos regalos que Tesla le dio al mundo fue una torre cerca de Nueva York que hubiera suministrado energía eléctrica inalámbrica a todo el mundo. El hombre que financiaba la torre cerró el grifo cuando se enteró de que no habría forma posible de regular la cantidad de energía que se transmitía ni, por lo tanto, de cobrar por ella. Toda esta codicia y avaricia fue la tónica dominante durante la carrera de Tesla, por lo que fue pobre durante casi toda su vida. Además, padecía un desorden al que comúnmente se le conoce como "estar como una puta regadera". Tesla sufría de continuas alucinaciones y había veces que no sabía diferenciar la realidad de la fantasía de su imaginación, razón por la cual se pasó años a solas en su laboratorio, trabajando allí día y noche. De hecho, solía decir que los únicos momentos en los que se sentía verdaderamente feliz, eran en los que se encerraba en su laboratorio.

Tesla murió arruinado en la habitación de un hotel de Nueva York, sobreviviendo a base de leche y galletas, y en una de sus últimas entrevistas reveló algo de una naturaleza bastante especial: "He pasado mucho tiempo alimentando palomas, miles de ellas. Pero había una, un pájaro precioso de plumaje blanco puro con las puntas de sus alas de color gris claro. Aquella paloma era diferente. Era una hembra, y podía reconocerla en cualquier lugar. No importaba a dónde fuera, aquella paloma siempre me encontraba, si la necesitaba, lo único que me hacía falta era pensar en ella y desear que estuviese conmigo. Yo la entendía, y ella me entendía a mí. Quería a aquella paloma. Sí, quería a aquella paloma como un hombre quiere a una mujer, y ella me quería a mí. Un día cuando la miré, supe que quería decirme que se moría. Y entonces, cuando capté su mensaje, una luz apareció en sus ojos, unos poderosos rayos de luz."

¿Comiendo galletas y hablándole a una paloma láser imaginaria? ¿Esa fue toda la recompensa que se mereció después de todo lo que le había dado a la Humanidad? Querido Nikola Tesla, lo siento mucho, muchisísimo. Fuiste un hombre en una época que no te correspondía. Un Arquímedes o un Tony Stark del siglo XIX. Fuiste el mayor friki del mundo en una época en la que el ser humano daba, si cabe, más miedo de lo normal. Y por eso, el día 10 de Julio es el día de Nikola Tesla.

Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. Es un poco largo, lo sé (y eso que he omitido cosas...), pero espero que os haya resultado mínimamente ameno.