…que lo carga el Diablo, como
suele decirse.
Hoy toca hablar del GPS, o Global Positioning System, por sus siglas en inglés, ese sistema de
posicionamiento global que, poco a poco, se está haciendo más presente en
nuestro día a día. Prácticamente, todos los coches recién salidos de fábrica
vienen ya con un navegador incorporado
dentro de sus extras y, si te pasas por la sección del Automóvil de cualquier
centro comercial, te encontrarás con un espacio reservado exclusivamente a
estos dispositivos. Pero eso sí, si digo “cuidado con él” es porque, aunque la considero
una herramienta la mar de útil, sobre todo a la hora de salir a carretera,
también opino que tiene sus desventajas
e inconvenientes. Como todo en esta vida, claro está.
En mi opinión, los beneficios no son pocos. Para mí, el primero y
fundamental es el de evitarte la necesidad de llevar un mapa cartográfico más
grande que el propio coche desplegado dentro del mismo para saber por dónde
tienes que ir… considerando que sepas dónde estás en un momento dado, claro, ya
que, para empezar, el GPS te indica,
con una altísima precisión, el punto exacto en el que te encuentras. El
siguiente beneficio, a cuerda del primero, es que te traza la trayectoria a
seguir entre tu punto de origen y tu punto de destino, lo que te evita tener
que empollarte la ruta que necesitas seguir. Vale, si es un trayecto corto este
beneficio se queda en nada, pero cuando las rutas empiezan a ser largas o,
simple y llanamente, no tienes ni idea
de la zona en la que te encuentras y no conoces sus carreteras… ayuda y mucho,
la verdad. Y ni qué decir tiene que, en la mayoría de modelos, viene ya
incorporada la función de detección de radares, cálculo de tiempo estimado,
velocidad de la vía frente a la velocidad actual del vehículo, etc.
Pero, eso sí, no todo el monte es
orégano. Para empezar, porque como buen aparato basado en la informática, es más tonto que Abundio; y para
seguir, porque todos los aparatos GPS
destinados a la conducción no son GPS
puro, sino simples y meros navegadores. Explico estos dos puntos. Un GPS puro y duro funciona mediante coordenadas. Longitud y latitud, grados
y minutos. Está usted en el punto Xº,-Yº, introduzca las coordenadas a las que
quiere llegar. Vale que, de cara a la conducción, el aparato resume todo esto como
“Ciudad de Origen” y “Ciudad de Destino”. Pero precisamente, al estar pensado
para circular por carreteras, tiene que ser un aparato de mucha calidad, o con
un mapeado muy bien definido, para que no
se vuelva loco si se entra en sendas de tierra. Obviamente, ahí no hay
ciudad de origen ni de destino que valga. Otra forma de percibir su “tontería”
es, precisamente, porque, como buen navegador que es, traza las rutas basándose
escrupulosamente en el mapeado base
que pueda tener el aparato en su memoria, lo que llega a ser potencialmente
peligroso. Imagino que, quien más, quien menos, todo el mundo recordará el
fatal accidente de un senegalés que se precipitó a un pantano precisamente porque
el GPS le indicó que la carretera que tenía que seguir pasaba por ahí (Noticia).
Además, en mi experiencia personal con dichos aparatos, de haber seguido al pie
de la letra lo que me dictaba el mío, ahora mismo estaría todavía intentando
llegar a casa desde hace ya más de tres meses.
De todo esto se desprenden un par
de consejos básicos. El primero, tener el navegador perfectamente actualizado. Tampoco hace falta caer en la paranoia
de estar buscando actualizaciones todos los días, no sea que hayan cambiado la
dirección de las calles, pero sí que, si se prevé la realización de un viaje o
un desplazamiento moderadamente largo, qué menos que actualizarlo el día
anterior a la salida. Y, no menos importante, que a fin de cuentas, quien
conduce es uno mismo, y esa situación
no cambia se lleve GPS o no. Quien conduce es quien debe decidir, en todo
momento, hasta qué punto se fía de lo que el aparato le va dictando. Por poner
un ejemplo, es como si tenemos un asesor financiero que nos propone un negocio
de lo más turbio. Si vemos que ese negocio nos va a llevar a la ruina, no le
hacemos caso… ¿Verdad?
1 comentarios:
El GPS, yo tan solo lo veo como una ayuda más, no es la panacea y antes de salir a un viaje grande no está de más empollar lo que vienen siendo las carreteras principales. Yo solo lo uso como método orientativo para llegar al lugar que no se como llegar en una ciudad, por carretera es algo casi inutil
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