17 de noviembre de 2012

Cuidado con el GPS…



…que lo carga el Diablo, como suele decirse.

Hoy toca hablar del GPS, o Global Positioning System, por sus siglas en inglés, ese sistema de posicionamiento global que, poco a poco, se está haciendo más presente en nuestro día a día. Prácticamente, todos los coches recién salidos de fábrica vienen ya con un navegador incorporado dentro de sus extras y, si te pasas por la sección del Automóvil de cualquier centro comercial, te encontrarás con un espacio reservado exclusivamente a estos dispositivos. Pero eso sí, si digo “cuidado con él” es porque, aunque la considero una herramienta la mar de útil, sobre todo a la hora de salir a carretera, también opino que tiene sus desventajas e inconvenientes. Como todo en esta vida, claro está.

En mi opinión, los beneficios no son pocos. Para mí, el primero y fundamental es el de evitarte la necesidad de llevar un mapa cartográfico más grande que el propio coche desplegado dentro del mismo para saber por dónde tienes que ir… considerando que sepas dónde estás en un momento dado, claro, ya que, para empezar, el GPS te indica, con una altísima precisión, el punto exacto en el que te encuentras. El siguiente beneficio, a cuerda del primero, es que te traza la trayectoria a seguir entre tu punto de origen y tu punto de destino, lo que te evita tener que empollarte la ruta que necesitas seguir. Vale, si es un trayecto corto este beneficio se queda en nada, pero cuando las rutas empiezan a ser largas o, simple y llanamente, no tienes ni idea de la zona en la que te encuentras y no conoces sus carreteras… ayuda y mucho, la verdad. Y ni qué decir tiene que, en la mayoría de modelos, viene ya incorporada la función de detección de radares, cálculo de tiempo estimado, velocidad de la vía frente a la velocidad actual del vehículo, etc.

Pero, eso sí, no todo el monte es orégano. Para empezar, porque como buen aparato basado en la informática, es más tonto que Abundio; y para seguir, porque todos los aparatos GPS destinados a la conducción no son GPS puro, sino simples y meros navegadores. Explico estos dos puntos. Un GPS puro y duro funciona mediante coordenadas. Longitud y latitud, grados y minutos. Está usted en el punto Xº,-Yº, introduzca las coordenadas a las que quiere llegar. Vale que, de cara a la conducción, el aparato resume todo esto como “Ciudad de Origen” y “Ciudad de Destino”. Pero precisamente, al estar pensado para circular por carreteras, tiene que ser un aparato de mucha calidad, o con un mapeado muy bien definido, para que no se vuelva loco si se entra en sendas de tierra. Obviamente, ahí no hay ciudad de origen ni de destino que valga. Otra forma de percibir su “tontería” es, precisamente, porque, como buen navegador que es, traza las rutas basándose escrupulosamente en el mapeado base que pueda tener el aparato en su memoria, lo que llega a ser potencialmente peligroso. Imagino que, quien más, quien menos, todo el mundo recordará el fatal accidente de un senegalés que se precipitó a un pantano precisamente porque el GPS le indicó que la carretera que tenía que seguir pasaba por ahí (Noticia). Además, en mi experiencia personal con dichos aparatos, de haber seguido al pie de la letra lo que me dictaba el mío, ahora mismo estaría todavía intentando llegar a casa desde hace ya más de tres meses.

De todo esto se desprenden un par de consejos básicos. El primero, tener el navegador perfectamente actualizado. Tampoco hace falta caer en la paranoia de estar buscando actualizaciones todos los días, no sea que hayan cambiado la dirección de las calles, pero sí que, si se prevé la realización de un viaje o un desplazamiento moderadamente largo, qué menos que actualizarlo el día anterior a la salida. Y, no menos importante, que a fin de cuentas, quien conduce es uno mismo, y esa situación no cambia se lleve GPS o no. Quien conduce es quien debe decidir, en todo momento, hasta qué punto se fía de lo que el aparato le va dictando. Por poner un ejemplo, es como si tenemos un asesor financiero que nos propone un negocio de lo más turbio. Si vemos que ese negocio nos va a llevar a la ruina, no le hacemos caso… ¿Verdad?

1 comentarios:

Tillocai dijo...

El GPS, yo tan solo lo veo como una ayuda más, no es la panacea y antes de salir a un viaje grande no está de más empollar lo que vienen siendo las carreteras principales. Yo solo lo uso como método orientativo para llegar al lugar que no se como llegar en una ciudad, por carretera es algo casi inutil