6 de julio de 2014

La democracia no es para todos

Hoy toca post rotundo. Y ahora mismo no se me ocurre cosa más rotunda que lo que dicta el título del post. Y es que, después de ver las noticias durante las últimas dos o tres semanas semanas, me ha quedado claro clarito que, desde luego, la democracia tal y como la conocemos hoy en día no está hecha para todo el mundo.

Y la verdad es que si nos paramos a pensarlo, tiene más sentido de lo que pueda parecer. Analizándolo desde los orígenes, hay que apuntar y apuntalar un pequeño detalle: Y es que la democracia fue creada en Grecia. Esto, que así a bote pronto es una perogrullada de primero de la ESO, tiene más implicaciones de las que pueda parecer. Tirando de libros de Historia, quien más quién menos podrá hacer un repaso mental de cómo se ha ido desarrollando el Mundo Occidental desde las Guerras Médicas (polis griegas contra el imperio persa y otras polis griegas). Se crea la democracia en Atenas, pero esa semilla se queda ahí latente; pasan los años, se crea el imperio romano, que abarca, absorbe y homogeiniza (hasta cierto punto) a toda Europa; el imperio romano se va al garete y se crean los gérmenes de lo que serían los futuros países europeos; de entre ellos surgen España y el Reino Unido que, a su modo, colonizan y conforman lo que hoy en día sería toda América, desde la Patagonia hasta el Estrecho de Bering. Luego ya, y a partir de la Revolución Francesa, es cuando esa semilla llamada "democracia" que se había quedado en Atenas, empieza muy poco a poco a germinar gracias, en parte, a la Ilustración, con unas ideas que iban y venían de Europa a América y de vuelta al Viejo Mundo. Si os dáis cuenta, hemos abarcado aproximadamente unos 1.000-1.500 años en los que en ningún momento se ha mencionado, entre otros, al mundo Islámico

El Islam, al igual que hizo el Imperio Romano en su día, ha servido para homogeneizar (hasta cierto punto) una serie de territorios, tan vastos en este caso que abarca todo el norte de África hasta las mismísimas puertas del subcontinente Indio, con una serie de pueblos y países con sus propias costumbres y culturas. Unas costumbres y culturas, en cualquier caso, diametralmente opuestas a las nuestras, o de lo contrario, nos habríamos ahorrado nada menos que nueve Cruzadas. A lo que voy, es que el devenir de ambas culturas fue por derroteros diferentes, y aunque ambas culturas han sido muy ricas y fértiles, cada una estaba basada en una serie de costumbres y religiones diferentes. Esto lo que hizo fue que, mientras que en Europa y América las democracias empezaron a cuajar a finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, en el mundo islámico se tuvieron que esperar casi hasta finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, y eso en el mejor de los casos, ya que por aquel entonces, todo lo oliera a Occidental era tomado como "moderno", y todo el mundo quería ser más moderno que nadie. Esto, como digo, en países donde hubo una verdadera inquietud democrática, un verdadero espíritu colectivo que realmente aspiraba a tener una democracia en toda regla, ya que en otros países, como por ejemplo Arabia Saudí, dicha inquietud ni está, ni ha estado, ni se la espera siquiera algún día.

Y entre medias, tenemos a los grandes defensores y garantes de la democracia universal desde finales del Siglo XX: los Estados Unidos de América, que en los últimos años no ha dejado de mancillar el significado de dicha palabra por usarla como pretexto para entrar en un país o una zona poco democrática (pero podrida de petróleo) como un elefante en una cacharrería para derrocar al tiranísimo de turno en pos de garantizar que el petróleo que queda lo exploten empresas norteamericanas, que la industria armamentística americana siga generando dólares y, por supuesto, que sean sus empresas constructoras las que levanten al país de sus cenizas, todo ello con la venia de un gobierno títere cuya máxima ilusión democrática es la de "tú ponte aquí que verás lo que trincas con nosotros". Bajo este contexto, no es muy dificil intuir que una democracia establecida de este modo no deja de ser tan nefasta como la peor de las tiranías. Vale, desde el punto de vista occidental, como he dicho, la democracia es la mayor expresión de la civilización, pero me da en la nariz que desde la otra parte no lo ven igual.

Hay que tener en cuenta que, al igual que Occidente durante el Siglo XVI (catolicismo contra protestantismo), el Islam se encuentra dividido en dos ramas principales: Chiíes y Suníes. El problema, es que en Occidente estábamos separados por países, mientras que en el Islam, ambas ramas pueden encontrarse tranquilamente representadas en un mismo país. Y si una de las ramas ve cómo se quita a la fuerza a su líder para imponer otro de la rama contraria con la ayuda de una potencia extranjera, el cirio se monta en un santiamén. Y si, encima, los "derrocados" ven, o intuyen, el mangoneo al que se está dedicando el presidente títere de turno, la relación "democracia = modernidad = decadencia y corrupción" se hace sola.

Así que, en este caldo de cultivo, no es de extrañar que salgan imanes, más o menos radicales, hasta de debajo de las piedras pregonando la pureza del Corán y de sus enseñanzas, y de que es la vía para vivir una vida plena y, ante todo, pura. Y si para eso hay que matar y/o castigar a cuanto infiel se ponga a tiro, mejor que mejor. Ejemplos de esto tenemos dos bien claros: Por un lado, hace unas semanas salió la noticia de que un grupo de talibanes había amputado los dedos a un grupo de afganos que habían ejercido su derecho al voto. Esto es una barbaridad, por supuesto, pero desde el punto de vista de los amputados... ¿realmente créeis que les va a quedar mucho "espíritu democrático" después de esto? Sobre todo cuando, casi con total seguridad, a esos pobres diablos les han dicho "id a votar que es bueno elegir a vuestros líderes", aunque posiblemente el hecho de votar en sí mismo les de lo mismo. A ellos les han dicho que hay que ir a votar y punto, por lo que la democracia, para ellos, no ha supuesto precisamente ninguna ventaja respecto a lo que tenían anteriormente. Antes por lo menos te cortaban la mano si roababas, pero es que ahora te la cortan simplemente por meter un papel en una caja.

 Y por otro lado, tenemos la irrupción por todo lo alto del Estado Islámico de Irak y Levante, un estado de facto que se ha creado entre el este de Siria y el norte de Irak tras la escisión de al-Qaeda de la guerrilla que lo ha creado, que propone poco menos que la reconquista para el Islam de todos los territorios que lo fueron en su día, unificándolos bajo una misma bandera y bajo el turbante de un único Califa...


¿Os imagináis que, de la noche a la mañana, el nuevo rey de España, Felipe VI, sale al balcón y dice que va a reconquistar todos los territorios que fueron españoles en su día, y de paso recuperar para sí todo el poder que la monarquía tenía en esa época, todo a mayor gloria de Dios? ¿Y que encima nosotros aulláramos de excitación ante la promesa? Porque más o menos es lo que se está dando, al menos en esa zona.

A ver, no estoy diciendo que sea una amenaza inminente, ni que esto llegue a hacerse realidad, sino que lo uso como ejemplo ilustrativo de hasta qué punto hay un grupo de gente que no quiere ver la democracia ni en pintura, y hasta qué punto hay otro grupo de gente que intenta metérsela por el gaznate como si de patos se trataran. Y, como he dicho anteriormente, cuando una idea, por mucho que sea la más pura de todas, se mete a la fuerza en un sitio donde no es bien recibida, sea por el motivo que sea, acaba por ser peor que la peor de las tiranías. En este sentido, y volviendo al principio del texto, pienso que Occidente tiene que empezar a asumir que, si bien una democracia bien llevada es el mejor de los sistemas sociales posibles, no todo el mundo está preparado para tenerla al mismo tiempo, que como toda idea que se precie, tiene que caer en un suelo convenientemente fértil y que tiene que ir empapándose del agua que le vaya cayendo poco a poco. Sólo así se consigue crear un proyecto democrático buscado y deseado por toda la población. Por supuesto, la educación también influye, pero eso es algo que cae por su propio peso.

Ya para finalizar, me gustaría ante todo hacer una puntualización: No estoy diciendo, ni mucho menos, que haya grupos sociales que "no se merezcan" tener democracia. Está visto y demostrado, como he dicho anteriormente que, a fin de cuentas, una democracia bien llevada es el menos malo de los sistemas organizativos disponibles a día de hoy, pero sí digo que ese sistema es un estado al que cada sociedad tiene que llegar por sí mismo. Si no, se pervierte de tal modo que no deja de ser una dictadura como cualquier otra.

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