14 de febrero de 2013

¿Habemus? papam

La noticia bomba de la semana ha sido, sin ningún género de duda, el anuncio de Benedicto XVI de su renuncia a su ministerio papal, un echo que no se repetía desde 1415, cuando Gregorio XII y Juan XXIII hicieron lo propio durante el Concilio de Constanza, aunque las circunstancias de sus renuncias fueran bien distinas a las del actual pontífice, el cual dice dimitir "por falta de fuerzas".

Y aunque la renuncia no sea efectiva hasta el 28 de febrero, la carrera pontificia ya ha empezado, como no podía ser de otra forma. Y, aunque todo el mundo ha corrido a presentar su candidato favorito, vuelven a sonar los mismos tres candidatos que ya sonaron hace siete años tras el fallecimiento de Juan Pablo II, a saber: un papa europeo, un papa americano y un papa negro (o de color, como prefiráis).

Lo del papa europeo cae por su propio peso. A día de hoy, todos los papas que ha habido han sido europeos. Italianos, en su gran mayoría, con alguna que otra excepción. Los dos últimos han sido polaco y alemán, sin ir más lejos, aunque luego haya que retroceder hasta 1522 para encontrar un papa que no fuera italiano. Así pues, y como he dicho antes, la elección de un papa europeo cae por su propio peso. Luego ya, como también he dicho antes, cada cual pone al suyo como favorito, pero el verdaderamente favorito es el candidato italiano Angelo Scola, que además cuenta con 71 años, lo que para un papa es una edad relativamente baja. Por supuesto, estoy convencido que, entre medio, la iglesia española intentará meter a monseñor Rouco Varela como gran candidato, pero esa ya será otra historia.

Las otras dos alternativas, el papa americano y el negro, tienen también sus motivaciones. Por un lado, la Iglesia Católica lleva años viendo cómo los fieles europeos son cada vez menos, mientras que los americanos y africanos son cada vez más. Elegir un papa americano supondría mostrar una iglesia más cercana a esa realidad... amén de admitir implícitamente esa especie de "derrota". Obviamente, que el papa sea americano no implicaría un cambio de sede. El papa seguiría reinando desde El Vaticano, pero ya no sería lo mismo. Y con un papa de color sería un poco más de lo mismo, además de añadirle un toque de "modernidad" a la institución... una modernindad que la Iglesia nunca ha tenido, y que dudo que vaya a tener ahora.

¿Y una papisa? Imposible. No estaría mal, pero es imposible a día de hoy. Las mujeres no tienen sitio dentro de la jerarquía eclesiástica. Dicho de otra forma, las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdote, al no poder ser sacerdotes, no pueden ser cardenales, y al no ser cardenales, no pueden ser elegidas papa. O papisa. Esto sólo tendría cabida si la Iglesia aceptara a la mujer como una intermediaria válida de Cristo, lo cual no se dará nunca, puesto que eso es lo que hacen los protestantes... y ellos son herejes desde el punto de visto de Roma. Siempre se han defendido diciendo que ellos son la verdadera iglesia, por lo que adoptar posturas heréticas es poco menos que contradictorio.

Pero claro, el próximo papa lo decidirá... el Espíritu Santo, independientemente de su procedencia.

1 comentarios:

Tillocai dijo...

Mira que a mi esto de la iglesia como que me la trae al pairo, pero creo que deberían tomarse muy en serio lo del papa nigga. Sería ese toque de modernidad que le falta a la iglesia. Lo mejor de todo esto es que Dan Brown se estará tocando como un descosido mientras escribe su nuevo libro