31 de julio de 2012

¡3x1!

¡Que estamos que lo tiramos! Esto es lo que ha debido pensar Peter Jackson cuando decidió que El Hobbit sería una trilogía.

Yo ya llevaba un tiempo con la mosca de los rumores detrás de la oreja. Que si ahora son tres; que si ahora no, que son dos, pero con material para versiones extendidas; ahora otra vez que sí; ahora otra vez que no, que se trata de una noticia malinterpretada... Y ahora nos viene, de nuevo en teoría, el padre de la criatura para decirnos que, efectivamente, van a ser tres partes.

Y ahora es cuando yo me quedo cortado por la mitad. Porque, por un lado, mi vena de tolkiendili enfermizo se regodea ante la noticia de tres nuevas películas del universo creado por El Profesor, al igual que pasó cuando me enteré que, después de largos años, habrían de rodar El Señor de los Anillos (ESDLA, para abreviar); pero, por el otro lado, está mi vena de tolkiendili purista y escéptico, y es esta la que me hace formularme la pregunta más evidente:

¿Cómo diantres se han planteado una trilogía de un libro de 360 páginas?

Porque vale, con ESDLA tenía toda su lógica: tres libros, tres películas. Matemáticas puras y duras. Y si encima, cada uno de los volúmenes de dicha trilogía, por separado, son más gordos (en páginas) que El Hobbit, pues blanco y en botella. Pero es que, además, se da la curiosa circunstancia que en ESDLA tuvieron que tragarse escenas enteras de los libros (los más puristas nunca perdonarán a Jackson que no incluyera a Tom Bomadil dentro de la trilogía) en pro de la continuidad del relato... y de las horas de proyección. Y yo fui el primero que dijo que estaba totalmente justificado, que si se incluía a Tom, teníamos una Comunidad del Anillo de 5 horas tirando cortos. Y lo mismo hubiera pasado con Las Dos Torres y con El Retorno del Rey. Hasta aquí, todo perfecto. Sobre todo, porque eran todos los que estaban, y estaban todos los que eran (bueno, casi todos).

Pero ahora nos encontramos con un caso totalmente inverso. Ya de momento, se han sacado a un personaje de la manga (la famosa Tauriel, que no aparece por ningún lado en ninguna parte), y han cogido a otros que, si bien existen dentro de la Tierra Media en la época en la que se desarrolla la acción, no aparecen para nada en las aventuras de Bilbo (como Galadriel, por ejemplo). Y que, por mucho que digan que han cogido material de los Apéndices de El Señor de los Anillos (donde se explican muchas cosas relacionadas con la historia del Anillo, desde mucho antes de que Bilbo lo encontrara hasta que Frodo lo destruye, que no se explican en ninguno de los dos libros), sigo sin saber de dónde van a sacar tantísimo material como para hacer tres películas.

A no ser que hagan tres películas de hora y media y se queden tan panchos...

Y porque, además, y poniéndonos ya estrictamente técnicos, si la primera parte, que se llama Un Viaje Inesperado, termina donde termina (no propagaré el spoiler con patas que me comí hace dos semanas), y la siguiente Una Ida y una Vuelta (There and Back Again), dando a entender que, efectivamente, ahí acaba la cosa... ¿Qué nombre le van a poner a la tercera? ¿O la pondrán en medio?

En fin, lo peor de todo esto es que, hasta que no se estrene, como mínimo, la primera parte (14 de diciembre del presente año, aquí en España), no se sabrá todavía nada por cierto.

Y lo peor es que, para entonces, el IVA ya habrá subido y nos encontraremos las entradas simples a 10€... yuhu.



Pd.- Dicho lo cual, y con lo celoso que es Christopher Tolkien de la obra de su padre... ¿Cómo ha consentido esto? ¿Cuántos ceros tenía ese cheque?

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